miércoles, 25 de abril de 2012

Tejiendo la ciudad

Hace cosa de un año escribí una entrada sobre la que entoncés se convirtió en mi nueva afición: hacer punto.
Se podría decir que ha empezado como una tendencia, aún no muy extendida, entre un cierto tipo de público que reivindica los efectos relajantes que desencadena la actividad de tejer (aunque he de ser sincera, a veces también te hace perder la paciencia).
Volver a hacer punto se ha ido fraguando entre una nueva tribu social, dispersa en cuanto a localización pero que comparte valores alineados con el movimiento slow, los criterios de actuación sostenibles así como la recuperación de todo aquello tradicional que aún hoy tenga vigencia.

El arte de la lana

Este boom ha traspasado los límites del vestuario llegando también al arte urbano e incluso al mobiliario.
Existe un movimiento denominado Guerrilla Knitting  (de punto), que en inglés es conocido por Yarn Bombing, ligada al arte urbano y al activismo social. Cubren con punto todo lo que pillan a modo de intervención, desde una escultura pública hasta una cabina de teléfono o un autobús, (sería el equivalente al graffitista conocido con el pseudónimo de Bansky).
Se conseidera que la fundadora de este movimiento de dimendiones internacionales es la artista estadounidense Magda Sayeg.

Este es otro ejemplo de creatividad ilimitada. ¿Os imáginas salir mañana a la calle a comenzar vuestra monótona jornada y encontraros con que el autobús está recubierto de colorida lana?

lunes, 16 de abril de 2012

Vivir como si fuera la primera y última vez



Me habían engañado, otra vez. Aquello no era un autobús, aquello era un elefante con ventanas y ruedas. Cuando se abrió la puerta me asaltaron muchas voces mezcladas con las vocinas que cantaban los coches traseros ¿ cómo podían soportar los adultos tanto ruido? He de reconocerlo: tanta gente pegada me daba un poco de miedo, así que me cojí a la mano de mamá. De repente una chica que aguantaba una gigante maleta se levantó de su asiento y le dijo a mamá que me sentara. "Dale gracias a la chica, Marcos". Era el precio que tenia que pagar por dejarme subir en autobús. "¿ Cuantos años tienes ,Marcos? Dos. "Alaaa, pero ¡que mayor!", "Es la primera vez que viaja en autobús" Miré por la ventana, fue como esos sueños que por la noche no me dejan dormir y me despiertan: luces cambiando de color una detrás de otra. ¿Las personas se mueven o sólo lo hace el autobús, o lo hacemos los dos? ¿Esas líneas blancas de la carretera se tienen patas? ¿Si el autobús puede ir tan rápido, por qué se para de cuando en cuando?



" Y ¿A dónde vas, Marcos?" " Vamos al hospital, a ver al abuelito". ¡Cuantas cosas tenía que contarle al abuelito! Ahora que ya había subido en autobús era mayor de verdad. La próxima vez subiré con él. Siguió mirando por la ventana. Nunca había sentido algo así, creo que es eso que los adultos llaman libertad.



¡Vaya, otra vez con retraso! Tendré que retrasar el reloj para ir al ritmo cronológico del transporte público. Por fin, el autobús se detuvo ferozmente delante de la parada. ¡Pero , Paco! ¿Qué es lo que te pasa? ¿Ya vuelves a estar borracho? No grite tanto señor Martinez , que no es para tanto. Colocó el bastón en un tímido rincón desde el cual no molestaba a nadie. Mientras el conductor le deleitaba con la conversación contemporánea por excelencia: la crisis (servicio que se incluye en la tarifa del bonobús), el señor Martinez prefiró dedicar su mirada al paisaje urbano. Desde el movimiento comenzó a redescubrir aquellos rincones dormidos de su ciudad. ¡Cómo había cambiado todo aquello! Había conocido la urbe en todos sus tamaños y colores, y aunque le costaba trabajo reconocerlo, por mucha gravilla que desprendieran las bombas, mucho bajos que inundaran las lluvias , y muchas pintadas protestonas que dibujaran las paredes, aquella ciudad le seguía pareciendo la más caóticamente bella. Sintió un zumbido repentino. Cerró los ojos. Al abrirlos su bastón dormía a su lado. Estaba manchado. ¡ SÉÑOR MARTÍNEZ! ¡NO SE MUEVA! Desde el suelo del autobús podía ver el exterior a través de la ventana. Habían cortado la calle. Era la primera vez que hacía que cortaran la calle.



Ya tenía una nueva aventura que contarle al pequeño. Seguro que Marcos se sentiría orgulloso.




¿Recordaís la primera vez que subisteis en tren o en avión, vuestra primera película, o vuestra primera lectura o el primer helado, o esa mirada que os quitaba el sueño? ¿A qué el corazón se os aceleró y convertisteis ese momento en una experiencia única?



La redundancia desprendida por la cotidianeidad resulta monótona. Pero esta monotonía desparece por primera vez y última. Es la magia de los límites.



Os propongo un juego y a la vez un reto a la fragilidad de la vida: Vivir cada momento cómo si fuera el primero y el último.












lunes, 2 de abril de 2012

Roma a través del proyector

Como ya os adelanté hace 2 semanas , nuestra transformación interna afecta a nuestro espíritu viajero, dado que el cine es en cierta manera un medio de transporte , os invito a agarraros fuerte , que vamos a descubrir Roma parándonos en distintos fotogramas.

1. Primera parada en "Roma ciudad abierta" (1945, de Roberto Rossellini).



Retrato en blanco y negro de la ciudad en los últimos años de ocupación alemana. Considerada por muchos la cuna del Neorrealismo italiano cuyas caracteísticas se reflejaran en directores posteriores. Fue rodada nada más terminar la guerra en los decorados naturales de la devastadora ciudad, con la mayoría de actores no profesionales. Los medios técnicos son escasísimos. El guión corre a cargo del propio director además de Fellini y Sergio Amidei. El filme cuenta la historia real de un cura, Don Pietro, jefe de la resistencia el cual intenta ayudar a las familias afectadas, que en un determinado momento se ve traicionado junto con otros colaboradores y caen en manos de los alemanes.

Me ha impactado: la humanidad de la que están dotados los alemanes, a pesar de ser unos malvados asesinos, se intenta comprender su comportamiento, las razones que les han llevado a esa perversión de creerse superiores. Hay una escena en el que un alto mando de los alemanes, en estado de embriaguez, dice que ellos no son superiores, que los oprimidos son fuertes y luchan con justicia por su libertad, y se lamenta de que están sembrando Europa de cádavares y de odio.



2. Segunda parada en "Vacaciones en Roma" (1953, William Wyler).

Transformemos ahora a la Roma sanguinolienta y hambrienta en princesa de cuento. He aquí la única aportación norteamericana a mi entrada. Audrey Hepburn, consigue romper la rutina de la realeza regalándose una rebelde escapada con un periodista interpretado por Gregory Peck. Una chispa de vida, y divertida forma de descubir una ciudad, con el que fue el papel por el que la actriz se llevó su primer Oscar. La película en realidad, tiene un sustrato de tristeza, ya que retrata la privación de libertad a la que se ven sometidas las hijas de "la sangre azul" , por el mero hecho de pertenecer a una clase social superior, ya que al final , la protagosnista hubiera preferido ser pobre y feliz. Y enamorarse sin imposición.
Me ha impactado: la espontaneidad que transmiten esta pareja de actorazos, que les hizo improvisar alguna escenas como la de "la boca de la veritatem" en la que Peck le da un susto a Hepburn. Además , si conoceís un poco la biografía de la actriz, la cual fue una niña de guerra que colaboró con la resistencia y cuya familia se vio muy afectada por la hambruna, que provocaron los alemanes en Holanda, os sorprendereís aún más de esa incesante sonrisa.


3. Tercera parada en "La Dolce Vita" (1960, Federico Fellini).

Bajémonos ahora én la estación donde la realidad confluye entre las clases sociales, los conflictos y banalidades humanas, en fin, una crítica a la contemporaneidad moderna. Fellini dibuja una cacarjada hacia la burgesía y aristocracia italiana, a través de un periodista del corazón, aspirante a escritor serio, se trata de Marcello, burgés escéptico, que navega entre diferentes clases sociales. Esta paradójica situación le confunde y sus instintos le impiden escapar de ese tronado que le tiene atrapado, que es al fin y al cabo "La Dolce Vita". El orden de la cinta es el desorden , ya que su estructura se basa en episodios ilógicos.

Me ha impactado: la escena de "La Fontana di Trevi", en la que la actriz sueca Anita Ekberg, con su dulce paseo acariciando un gatito y su posterior baño, muestra el ideal de inocencia y pureza en contraposición a todos los prejuicios que alimentan a la burgesía Romana. Es curioso que sea una extranjera , la que impresione a Marcello, ya que no está contaminada por los prejuicios de la ciudad. Pero la escena que más me impacto sin duda fue la supuesta aparicíón de la virgen ante el populacho, ya que Fellini no pretende despreciar la ignoracia de la prole, sino a las instituciones que se aprovechan de ella, como la iglesia católica.

En fin, una visión bastante conpleja, pero interesante de Roma.


4.Última parada en "Buongiorno, notte" (2003, Marco Bellocchio)

Ponemos fin a nuestro viaje retratando un impactador secuestro para Italia. En 1978 el grupo radical Brigadas Rojas coartaron la libertad de Aldo Moro, justo cuando este ministro intentaba establecer una coalicción entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. El rehén es encerrado en un escondite secreto en casa de 4 terrositas que lo vigilan constantemente, pero sólo Adrianna Faranda, (la única mujer del grupo),hace una vida normal, pues trabaja como bibliotecaria. Es curiosa la manera de retratar la cotidianeidad de unas mentes sectarizadas por el extremismo de una ideología.
Me ha impactado: El director se centra principalmente en el personaje femenino, ya que al vivir entre dos mundos, se refleja el contraste existencial a la que es sometida, ¿no es esa presión de pensar que eres constantemente observado y de que estrás bajo sospecha, además de la obligación de tener que cometer actos inmorales una forma de secuestro?. En su trabajo siente repulsión hacia sus compañeros, por miedo a ser descubierta, tiene paranoias de que la siguen, y sueños, muchos sueños que la asaltan constantemente. Ella misma es torturada por un secuestro ideológico. Destacar la escena en la que el secuestrado les dice a los otros secuestradores "Hay una mujer, no la oigo , pero se que entre vosotros hay una mujer".

Curiosidad: Cuando Adrianna Faranda salió de la cárcel vendió todas sus propiedades, un pisito heredado y poco más, y distribuyó el dinero obtenido entre familiares de las víctimas de las Brigadas Rojas. Lo hizo de forma anónima, a través de un sacerdote, porque no quería que los beneficiarios de la donación se sintieran forzados a perdonar. Con el tiempo conoció a la hija mayor de Aldo Moro y trabó amistad con ella. Algunas historias de violencia terminana así, con un abrazo. Muy pocas en realidad.


En mi opinión ...una parada IMPRESCINDIBLE.


Y por fin hemos vuelto a casa , no os quejareís que hoy ha sido variadito. Pequeños nómadas cinéfilos espero que Roma os siga sorpendiendo con su arte y de que descubraís muchas ciudades a través de vuestro sillón.




"Historias de Roma " Enric González