jueves, 24 de enero de 2013

Contra la corrupción nada mejor que Platón




Apagó la televisión con tanta rabia que acabó tirando el mando al suelo y se le salieron las pilas. “Total , para que las quiero…la prensa no es más que el medio que la corrupción utiliza para hacerse ver”.
Hacía ya tiempo que le perseguía esa irascible sensación, la temible sensación de que los ladrones ahora ya no llevan pasamontañas, llevaban traje de chaqueta y corbata. Y lo que es peor…nosotros les votamos.
¿Cómo podría canalizar su rabia productivamente?
Se dirigió a la estantería donde dormían los únicos que podrían ayudarle.

Alargó el brazo , y encontró el que necesitaba en aquella ocasión.

“La República. Libro VII”

-¡Por Zeus!¿Quién es aquel que osa despertarme de mi letargo?- dijo Platón

-Siento molestarle, pero esque ahora mismo estoy sumido en una emergencia existencial, y necesito su ayuda.

-En ese caso, utilizaré la dialéctica para ayudarte. Dime, pequeño amigo ¿Qué pensamientos perturban tu alma ?

- La corrupción política está invadiendo nuestra democracia sin control alguno.

-¡jajajjaj, es natural! – exclamó Platón- Pues en vuestra democracia, al igual que , en la ateniense, no es en realidad el pueblo el que gobierna, sino una minoría de políticos y demagogos que arrastran al pueblo, y abusan de su incapacidad política, de su falta de reflexión y de su insensatez que alcanzan el poder mediante el engaño y la manipulación de las masas populares por medio del arte de la oratoria. Estos políticos , no es el bien del Estado lo que persiguen, muy a mi pesar querido amigo, me temo decirte que es su propio enriquecimiento y beneficio personal el que persiguen.

- Nada más cierto. Entonces ¿Qué es lo que propone para evitar esta situación?

-Propongo una aristocracia.

-¡¡¡Pero eso aún agravaría más la situación!!! Además, ya tenemos bastante con una Monarquía Parlamentaria para nada exenta de corrupción.

-Te equivocas, pequeño. El modelo aristocrático que yo defiendo no es que pasea por tu mundo de las ideas. No seas tan impulsivo, deténte un momento a pensar. ¿Puedes decirme el significado de la palabra “aristocracia”?

-Mmm aristoi, aristoi…¡ya lo tengo! ¡Gobierno de los mejores!¿Pero quienes son los mejores?

-¿Recuerdas mi "Gran  mito", el de “La Caverna”?

-Como olvidar un símil tan representativo como áquel.

-¡Oh querido amigo! ¡Entonces recordarás el descenso del alma desde el interior de la oscura caverna hasta la iluminada salida, que es la verdad de la luz del día!

-Lo recuerdo como el primer día que me lo contó.

-Así pues, será en la ciudad en la que se viva a la luz del día y no entre sombras y sueños oscuros; la ciudad en la que estén menos ansiosos por ser gobernantes quienes hayan de serlo, esa ha de ser forzosamente la que viva mejor y con menos disensiones que ninguna.

- Parece que voy cayendo en la cuenta de lo que quiere decir. ¿Deben de ser elejidos como gobernantes aquellos que no quieran serlo?

-En efecto, pero no únicamente aquellos que tu nombras, sino aquellos que además de no querer gobernar por su fin personal, posean capacidades y cualidades innatas para la filosofía y el gobierno.

-¿Y cuáles son esas cualidades?

-¡Por Atenea! ¡Que inocencia la tuya! Se trata de la capacidad de aprender, la honestidad, la generosidad, un alma noble y sin bajezas…en fin , aquellas almas que hayan conseguido escapar de la tenebrosa caverna y convivan entre el mundo de las ideas. Sólo aquellos que acostumbrados a vivir en la oscuridad, sean capaces de reconocer cada imagen como es, porque habrán visto ya la verdad con respecto a lo bello y a lo justo y a lo bueno.

- Entonces, los mejores políticos…¡ son los filósofos!

-Así es compañero, un estado bien gobernado es aquel en el que manden los verdaderos ricos, que no lo son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz; una vida buena y juiciosa.

- Entonces nuestros políticos tendrían que leer más filosofía, para dejar de poner en práctica la suya propia. Parece que ya he lelgado a una conclusión que acabe con mi rabia. Muchas gracias por ayudarme, Platón.

-Vuelve cuando quieras, eso sí , la próxima vez intenta que no sea a la hora de la siesta.

Cerró el libro y lo volvió a colocar en la estantería.

Volvió al comedor, recojió las pilas que habían caído al suelo y las tiró a la papelera.

A partir de hoy, encendería menos la televisión y leería más filosofía.



 



lunes, 14 de enero de 2013

La noche que visité el limbo



Los seres humanos debido a nuestro afán de socialización, poseemos una tendencia constante a la inercia; pues nos encanta pertenecer a una persona, a una ideología , a una religión , a un equipo de fútbol, y por supuesto a un lugar.
Sin embargo existen lugares donde no existe cabida para la vulnerable inercia humana. Uno de esos lugares son los aeropuertos.
Yo nunca había viajado sola en avión, pero las circunstancias me dieron la oportunidad de experimentar esa existencial sensación este verano. Lo más gracioso esque no sólo vole una vez, sino cuatro. Y más graciosa aún  fue la velada nocturna que pasé en uno de ellos, experiencia que sin duda ocupa lugar en mi "Top ten list" de situaciones más surrealistas.

Aún no sé muy bien como ese entrelazado de vías de tren, coches ilegales de alquiler y  autobuses soviéticos me condujeron a Ostrava, ciudad del noroeste de la Républica Checa  (limite de Polonia y Alemania ) después de un mes recorriendome medio corazón de Europa.
Mi única certeza era que el Martes 31 de Agosto debia de salir de Ostrava a Praga  a las 5 de la madrugada y de Praga a Barcelona a las 7: 30, por lo que decidí pasar la noche en el aeropuerto de esa pequeña ciudad, proporcional a su tamaño.

Llegué al aeropuerto sobre las 16 h del día 30 , de modo que tenia 12 horas de espera por delante...medio día por delante....bufff. Creo que nunca me había enfrontado de cara a esa extraña responsabilidad de poseer el tiempo. Después de una ducha improvisada (si, hay una técnica para ducharse en el baño pero te tienes que enfrentar a la cara de manzanas agrias de la limpiadora, sobre todo si es checa), alimentarme de los sedimentos que lograron sobrevivir al final del viaje (tostadas de pan rotas, una lata de atún, un trocito de queso en papel albal que me guardaría para la cena , barritas de cereales  más extrafinas que una compresa sin alas, y una manzana bipolar cuya mitad era aprobechable), de conectarme a internet en la cafetería y de que me echaran al cerrarla. Después de ir bambando con la maleta por el pasillo para mover las piernas (´la tentación de abandonar la maleta en un rincón iba en aumento progresivo), después de acabarme "El extranjero " de Albert Camus y de comenzar " Nada" de Carmen Laforet, después de escuchar 10 veces mi a mi mp3 como si se estuvuera desahogando de sus penas, después de que se fueran apagando poca a poco cada una de las luces, después de que una amable personal de seguridad me deseara las buenas noches en checo (Dobru noc!) y de decirme que "you're crazy", que estaba loca por pasar la noche sola allí, después de cenar en el lavabo del aeropuerto (este era otro diferente al de la ducha)y de que mis padres me dijera desde una casa rural de Salamanca donde estaban de viaje de "negocios", que tenian mal de corazón por saber que yo estaba en esas condiciones...después ....después de todo.

...me quedé sola.
...bueno con mi maleta,
...bueno con el personal de seguridad del turno de noche.

Entonces pensé cuando de pequeña le pregunté a mi abuelita a donde iban los niños que no están bautizados y las personas que acaban con su vida por sus propios medios "al limbo", "¿y qué hay en el limbo?, "sillas, hija, sillas", "¿ y en el limbo hay tele? ¿Se pueden ver los Simpson?" , "¡Clara, por favor! ¿Que quieres , que Dios te mandé al limbo a ti también?"

Yo no sé si había sido Dios o quien , pero sin duda yo estaba en el limbo.
Pensé en la inutilidad del ser humano en situacines limítrofes , transitoriamente fronterizas. "Somos parásitos de la identidad, pues necesitamos imperiosamente ese sentimiento de pertenencia que nos identifique para sentirnos vivos, los márgenes no se crearon para el hombre."

Con esta reflexión me quedé dormida sobre la maleta  bajo mis piernas y mi mochila bajo mi cabeza en una ergonómica posición, cubierta por dos toallas (una de ellas tapandome de la incansable luz).

Nunca había echado tanto de menos una cama.

Unas horas más tarde una orquesta sinfónica de ronquidos amenizada por un robusto checo, me despertó , eran las 3: 30 de la madrugada del 31 de Agosto. A las 5 despegaba el avión.

Mi estado concupisciente en el limbo terminó con una taza de café en aquel avión.

Praga me regaló un amanecer.


Había sido buena, ese era el cielo.


domingo, 6 de enero de 2013

Taxi driver


“95/ 63” esas cifras parpadeaban en la pantalla entre un puzle de gráficos y constantes.

- Vale , todo controlado, podeís cerrar ya. Hemos terminado.

Cuando aquel pijama verde con gafas cuyas lentes conectadas al unísono con su matemático pulso de cirujano cardíaco abandonó la sala de quirófano, esa masa incandescente que bailaba al ritmo de las olas en un vals de suturas se despidió de ella. Aquel ejército enmascarado de pijamas verdes no sólo había “parado” transitoriamente aquellos latidos, sino que había cambiado una válvula para después devolvérselos. A simple vista, la diferencia entre aquella sala y el taller mecánico de su calle era que en vez de manchas negras de grasa, aquí eran rojas de sangre.

No cabía dentro de sí misma.

Era la primera vez que veía un corazón abierto latir.

-“LUB, DUB…LUB, DUB” .

-“Te esperaba más rojo, y más puntiagudo, en fin… más romántico, pero me aún así me pareces un músculo fascinante.”- pensó

-“Todos poneís la misma cara cuando me veís, pues parece que olvídais que en cada uno de vosotros funcionaís gracias a uno como yo. Y ahora marcháte de aquí, pues tienes que ir a trabajar. Y recuerda, nunca olvides que…las apariencias engañan”.- le dijó el.

Se lavó las manos como si de una ducha se tratase, y se desabrochó el pijama verde mientras corría hacia el vestuario. De todos los papeles que interpretaba en su vida , el de cirujana era su favorito, pues eso de andar con pijama todo el día , sin ataduras, sin presiones, sin intención de dar una imagen que la estereotipara profesionalmente le parecía el futuro perfecto.

Pero antes de aquello, le quedaban muchos personajes a los que dar latido, a los que dar vida.

Salió del hospital mientras escuchaba su propio “LUB, DUB” en el centro del pecho, pidiéndole a gritos un descanso. Tenía el corazón pequeño, justo a la medida de su cuerpo. Nunca lo había visto, pero lo intuía, solo un corazón pequeño era capaz de percibir los latidos de los otros corazones más grandes. Sólo un corazón pequeño podía aguantar esa estresante bipolaridad vital sin necesidad de un desfibrilador.

Abrió su mochila , su olfato le recordó que media barra de pan del día anterior, una lata de atún en aceite de oliva virgen y un plátano (su abuela, que no era médico pero muy resabiada en remedios naturales, no le dejaba salir de casa sin un plátano encima, por si “te da un bajón de potasio”).

Sin duda, aquellas eran sus armas de “supervivencia masiva”.

El autobús pasó por su lado casi rozándola.

-“¡¡¡ESPERÉEÉÉ!!! ¡¡¡PARE!!! ¡¡¡POR FAVOR, PARE!!!- chilló mientras la línea 30 abandonaba la parada.

-“¡Qué te zurzan, socapullo!” -volvió a exclamar mientras, le pegaba una patada a una lata de refresco vacía.

Miró el reloj: 16:10. Mierda… Ya se podía ir olvidando del plátano.

Abrió la cartera: un billete de 5 euros arrugado… mierda, mierda…

Paró en medio del asfalto al primer taxi que vió, mientras exclamó agonizando

- “¿Por 5 euros podría hacerme el favor de llevarme a este centro comercial?”

El taxista se quedó tan impactado ante la cara de aquella chiquilla, que ni si quiera tuvo el valor de recriminarle su petición.

- “Sube , niña, sube, si total , hoy no ha subido casi gente, algo tendré que cobrar aunque sea un billetico, ¿no te parece?”

- “Muchas gracias, señor, me ha hecho usted un verdadero favor.”

Entre semáforo en rojo y ámbar , apareció el tema de conversación, arte típica de esa profesión:

-“Vaya, si que tienes prisa de ir a las rebajas, a gastarte el dinerito, eh?

Definitivamente, ese comentario era la guinda del pastel. No le encontraba ni pizca de gracia. Le miró el pecho y entonces lo vió latir “LUB, DUB…LUB, DUB”.

Era un buen corazón, un poco grasiento, por sus cotidianas visitas al bar y al estanco, pero dotado con una admirable paciencia. Esa paciencia de tener que transportar alamas en pena, maleducados y exigentes ejecutivos, ancianitas cuyos hijos ignoran, discusiones interminables entre ampulosas con sus maridos doblemente ampulosos, y borrachos decorando a base de vómitos el tapizado recién estrenado a las 4 de la madrugada.

Sintió cierta empatía por su papel en la sociedad.

Le daría una 2º oportunidad.

_ “Pues eso me gustaría a mi “ -le contestó ella con una sonrisa.- “Entro a trabajar dentro de veinte minutos y acabo de perder el autobús”.

- “Vaya , lo siento mucho. No te preocupes que no hay mucho tráfico y enseguida llegamos. Piensa en lo afortunada que eres por tener un trabajo”.

- “La verdad es que tiene usted toda la razón, no todos los chavales de mi edad pueden permitirse el lujo de trabajar y estudiar a la vez”

- “¿Qué además estudias?”- dijo sorprendido- “Desde luego no sé cómo no les da vergüenza a esa panda de gandules que tenemos por políticos ponéroslo tan difícil, subiendo el precio de las matrículas universitarias, y encima recortando en investigación y hechando gente a la calle. Cada vez creo menos en la democracia”.

- “ Nuestra única arma es nuestro pequeñito esfuerzo, y sobretodo el de nuestros padres. Deténgasé aquí señor, me sobra tiempo para acabar este trocito andando.

- “Pero niña, ¡ si ni si quiera hemos llegado a los 5 euros”.

- “No importa, quédese con el cambio”- dijo mientras cerraba la puerta.

Antes de seguir con su camino, observó por última vez a aquel corazón de carretera, y se percató de sus ojos llorosos.

- “Sabes lo que te digo niña, que los jóvenes como tú sois los que vais a levantar el país, recuerda lo que te digo. Te deseo mucha suerte en la vida”.

Cuando se mezcló entre el bullicio de aquel centro comercial, volvió la banda sonora cotidiana , pero esta vez mucho más enérgica a causa del bullicio incascendente “LUB, DUB…LUB, DUB”.

16: 25. Tenía 5 minutos para cambiarse de uniforme, unos labios que pintar , una imagen que aparentar y otro papel que interpretar.

Pero sobretodo tenía un corazón que latir.


A todos los que estudian y también trabajan.

Menos mal que tengo "Platero y tu"