domingo, 22 de septiembre de 2013

Verano negro


“La noche es la mitad de la vida, y la mejor mitad”
 (Goethe) 

Este verano ha sido un poco diferente, ya que normalmente aprovecho este período de moderado reposo intelectual para viajar o trabajar. Pero la recuperación de un examen inesperado interfirió esta vez. 

¿Qué suministros literarios escoger como alimento para este paréntesis estival?

No me lo pensé dos veces, elegí el género negro.

Los motivos los he ido descubriendo a lo largo de las páginas. La novela negra o policiaca vive un entorno de esplendor a mediados de siglo, ayudado en parte por la influencia de Hollywood. Estas novelas, de tipo realista, se caracterizan por mostrar el lado oscuro de la sociedad, y están protagonizadas por detectives escépticos, duros y , en general, poco heroicos, cuya capacidad de observación y de desconfianza les convierte en grandes vaciladores de la apariencia.
Pero no todo son detectives, también hay astutos asesinos y mujeres fatales , víctimas de la misoginia de la mayoría de estas novelas.

Empezé por El halcón Maltés de Dashiell Hammet, cuyo papel en la gran pantalla es encarnado por uno de mis actores fetiche; Huphrey Bogart. El protagonista de esta novela, y también este actor en la mayoría de sus películas , representan en prototipo de hombre que todas las mujeres anhelamos y que pocas nos cuesta reconocer. Se trata de aquellos cuya apariencia y comportamiento previo ofrece un halo de maldad, nos hace sufrir, pero de una manera atractiva. Porque sabemos que en el fondo, esconden una ilimitada ternura.
De esta conclusión parte la tensión sexual entre los dos protagonistas de la novela.
Otro aspecto a destacar es la limpia moral del protagonista, fiel a su profesión por encima de un fajo de billetes , una mujer o un halcón de oro.
NOTA: 9

En mi recorrido por esas oscuras calles, humo de cigarros que nunca se apagan y de vasos de wisky sin acabar , me encontré con El Talento de Mr Ripley de Patricia Highsmith. Sin duda, esta autora convierte las situaciones cotidianas en momentos amenazadores. Tom, el protagonista, no se llega a definir por completo en la novela . ¿Quién es Tom Ripley? ¿Un asesino? ¿Un psicópata? Lo que esta autora refleja , es la incapacidad de Tom para encontrar su lugar en el mundo, pues es a través de las vidas ajenas, su manera de conseguir la felicidad y su vida propia.  El final rompe todos los esquemas ¿por qué siempre tienen que ganar los buenos?
NOTA: 8,5

Continuamos con otra mujer, Agatha Christie, que me hizo perderme en los vagones de Asesinato en el Orient Express. Historia bien estructurada y planteada con un personaje, Hercule Poirot, cuya filosofía se podría resumir en una frase "malpiensa y acertarás". Precisamente esa forma tan esquemática de plantear la novela (primero los hechos, luego las declaraciones, luego las conclusiones y luego la resolución del caso) le restan espontaneidad y calidad literaria al relato, aunque he de reconocer que la trama es también muy inesperada. Sin embargo tengo que hacer mención a las sensaciones que retrata la autora, me refiero a las sensaciones del viajero, y de los medios de transporte comunes, en las que por un momento las diferencias culturales y sociales de los pasajeros se recortan bajo un mismo techo, como se cita al principio.

Nos rodean personas de todas clases, de todas las nacionalidades,
de todas las edades. 
Durante tres días, estas personas, extrañas unas a otras, 
vivirán reunidas.
Dormirán y comerán bajo el mismo techo, no podrán separarse.
Al cabo de los tres días, seguirán distintos caminos quizá para no volver a verse nunca más.

NOTA: 7,5

Finalmente  acabé en las calles de Londres resolviendo casos con el detective más famoso de la historia: 
Sherlock Holmes y su inseparable compañero, el doctor Watson, con un libro que tengo de historietas (reconozco que no las he terminado todas ). El don de la observación de este personaje es un don adquirido del ojo clínico de su creador: el médico escocés Arthur Conan Doyle, cuya impecable lógica científica y agudeza psicológica convierte los detalles insignificantes en irrefutables pistas.
NOTA: 7

En fin, mi estudio se hizo más llevadero con este repertorio de cultura canalla, pero elegante y con clase al mismo tiempo. Le doy la bienvenida al otoño despidiéndome de ella.
Espero repetir...

Porque todos somos sospechosos

Os dejo con un cantante que encarna muy bien este género, Nick Cave.