“La única manera de librarse del
dolor de perder las ilusiones es no tenerlas”
(Charles
Marriott)
"No son los males violentos los que nos marcan, sino los
males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra
rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo".
(Emil
Cioran)
Personajes:
NIÑO
REFUGIADO
REFUGIADA
MÉDICO
ANCIANO
ACTO
PRIMERO
La
cueva donde se esconden los refugiados.
(Se
alza el telón en medio del silencio. Todos los personajes están sentados en
torno a una mesa, inmóviles. La mesa está orientada cara al público, sólo se
observa el tronco de los personajes. El REFUGIADO se levanta para tomar la palabra. Habla en
voz baja).
REFUGIADO:
Por fin estamos todos reunidos.
ANCIANO:
Por desgracia no estamos todos los que deberíamos.
REFUGIADA.
Es importante.
REFUGIADO:
Mis combatientes, he organizado esta reunión para
daros una serie de noticias que me temo no van a ser de vuestro agrado.
En primer lugar, me veo obligado a describiros nuestra
situación actual.
Hace más de cinco años que convivimos en esta morada
formada por roca calcárea que nos
protege de una guerra que nunca vimos empezar y me temo nunca veremos terminar.
En un principio todos teníamos esperanzas en la resistencia, pues sentíamos
orgullos y plenitud en nuestras acciones mientras éramos dirigidos por un bando
muy bien organizado; participábamos en la recogida de armas y explosivos,
escribíamos propaganda para concienciar a la población civil, incluso nos
atrevíamos a hacer guardias por la noche.
Nos convertimos en un núcleo esencial para el
desarrollo de la resistencia a pesar de nuestra distancia geográfica respecto a
la capital del país y nuestro limitado número de combatientes.
Hasta que hace un mes ocurrió aquello…
(Todos
bajan la cabeza)
La
hegemonía de la defensa enemiga se confirmo con el lanzamiento de aquel misil
aéreo sobre el helicóptero que cada quince días nos proporcionaba recursos de
subsistencia.
(REFUGIADA
abraza a NIÑO)
Por lo que ahora mismo nos encontramos totalmente
incomunicados respecto al resto de combatientes de la resistencia, con escasez
de alimento y además nos vemos obligados a aplicar medidas de seguridad extrema
para evitar ser descubiertos.
(Todos
levantan la cabeza y se miran entre ellos)
Así pues, debemos aplicar estrictamente las
siguientes medidas: elaboraremos una lista de triaje para la administración del
alimento así como una comunicación a través de susurros, o en su defecto ,escrita,
además de evitar todo ruido posible.
Combatientes, se adentra una época oscura para la
resistencia, pero más dura para nuestra pequeña comunidad, tenemos que ser
fuertes y fieles a nuestros principios.
¡Unamos nuestras manos!
(Todos
unen sus manos en el centro de la mesa mientras susurran)
Prometo
dar mi trabajo
Prometo
dar mi esfuerzo
Prometo
dar mi esperanza
Prometo
dar mi lucha
Prometo
dar mi sangre
…a la resistencia.
(De
repente, REFUGIADA cae de la silla ahogando un grito sordo. Un charco de líquido
se desplaza por el suelo de la cueva)
MÉDICO:
¿Qué ocurre camarada? ¿Estás bien?
NIÑO:
¿Mamá qué te pasa?
REFUGIADA:
Creo que acabo de romper aguas.
MÉDICO:
¿Sientes contracciones?
REFUGIADA:
No, todavía no.
MÉDICO:
En las próximas horas va a nacer. Tengo que preparar
el material, y tú debes permanecer en reposo.
(REFUGIADO,
se desplaza lentamente hacia un extremo de la cueva dando vueltas sobre su
propio eje, mientras coloca las manos sobre su cabeza).
REFUGIADO:
Tenemos que tomar medidas.
MÉDICO.
¿Qué medidas?
REFUGIADO:
¿Acaso no os dais cuenta de que la criatura , nada
más nacer, tendrá que llorar?
(Todos
se miran. REFUGIADA permanece con la mirada fija en un punto aislado del
infinito)
ANCIANO:
¿Qué
vamos a hacer, ahora?
REFUGIADO:
Sólo
tenemos una opción: priorizar.
Decidir
lo que es más bueno no sólo para la resistencia y el futuro del país, sino para
la pequeña comunidad que hemos formado. El llanto del recién nacido será
percibido por las milicias de la defensa y nos descubrirán, a pesar de lo
inaccesible que es nuestra cueva y lo difícil que es llegar a ella, el sonido
se transmite muy bien.
Ahora
os ruego que me escuchéis atentamente y reflexionéis sobre lo que os digo, pues
disponemos de un margen estrecho de tiempo.
¿Sacrificarías
vuestras vidas y las de vuestros compañeros, además de vuestro futuro, por la de
un ser humano que carece de identidad , de ideales, de moral …y ni siquiera posee noción de
conciencia?
¿Qué
importa acabar con una vida si con ello salvamos a un número mayor de vidas y a
una ideología?
(REFUGIADA
continua con la mirada fija , inexpresiva se deja caer al suelo, y empiezan a
derramarse lágrimas a lo largo de su rostro, en profundo silencio).
MÉDICO.
No es tan fácil tomar esta decisión, pues la
existencia del bebé no deja de ser vida, y la vida es igualmente valiosa para
todos los seres humanos independientemente de su evolución moral e inocencia.
ANCIANO.
Ya no recuerdo si quiera la fecha exacta del
comienzo de este conflicto humano , o ¿por qué no llamarlo así? Inhumano. Digo
inhumano porque lo crearon personas, y las personas en cuanto entramos en
contacto con la sociedad nos corrompemos , nos infectamos con nuestras promesas y
nuestros anhelos para cambiarle de disfraz a una sociedad inmodificable
independientemente de sus bases éticas.
Por consecuente, ¿qué hay más puro que un ser
incorrupto como es un recién nacido?
Sin embargo, si algo he aprendido a lo largo de mi
larga existencia es que para evolucionar hay que sacrificarse y sacrificar. Y
en este caso el sacrificio predomina sobre una vida futura.
MÉDICO:
Admiro su experiencia y su sabiduría, pero me temo
que ninguno de los que estamos intercambiando palabras en este momento , debido
a nuestras cuestiones biológicas sabemos lo que se siente al llevar vida en el
propio vientre.
Es por ello que la única persona que está en poder
de tomar la palabra es su propia madre.
(Todos
callan)
REFUGIADO:
Es hora de escuchar tu opinión , compañera.
(REFUGIADA
hace afán de levantarse, MÉDICO acude enseguida en su ayuda. REFUGIADA sigue
mirando al infinito, con los ojos irritados).
REFUGIADA:
No me hayo en medio de una cueva cuya salida al
exterior me es prohibida por mi propia seguridad. Mi único alimento son los
recuerdos que me quedan en este pequeño cajón llamado memoria. ¿De qué color
eran los amaneceres? ¿Cómo era sentir el aire puro de las montañas entrando en
mis pulmones? ¿Y el olor de las flores en primavera? ¿Cómo era sentir una
mirada sin temor, rencor ni agotamiento? ¿Cómo era hacer el amor sin miedo a la
inexistencia de un mañana?
A lo largo de todo este tiempo me he ido dando
cuenta de que no me hayo en medio de una cueva sin salida; me hayo en medio de
un dilema moral.
Mi existencia, vuestra existencia, la existencia que
elegimos no es más que un anhelo, una utopía vestida de realidad.
La soledad, el sacrificio, la búsqueda de la
supervivencia nos ha hecho olvidar el significado de valores como “lo bueno” y
“el bien”. La esperanza por una derrota inalcanzable nos ha hecho perder el
arma más noble del ser humano: la empatía.
Ya no se nos puede considerar personas , sino seres
subterráneos, vagabundos de un país destrozado. Aunque alcancemos algún día la
victoria , nunca volveremos a ser los mismos que éramos.
Si mi hijo nace, no llevará una vida digna, pues no
conocerá la felicidad ni la seguridad ni
la paz.
Es por ello que os pido:
¡MATÁDME! Acabar conmigo y de paso acabareis con la
vida del bebé.
Ya no lo hagáis por vuestro bien o por el futuro de
la resistencia, hacedlo simplemente por mí, por dar fin a una vida rota.
(NIÑO
llora en voz baja y se da cabezazos contra la pared)
MÉDICO.
No nos hagas hacer esto.
REFUGIADO.
Tu eres y has sido una pieza clave para la resistencia, sin ti, esto no va a
funcionar, si alguna vez salimos adelante fue gracias a tu inteligencia,
astucia y tácticas de guerra.
¿Vas a renunciar a todas esas capacidades ahora?
Pienso que tu opinión está sesgada por la gravedad
de tu estado.
REFUGIADA:
Queríais mi opinión y os la he dado.
La decisión está en vuestras manos.
TELÓN
ACTO
SEGUNDO
(Otro
apartado de la cueva. REFUGIADO desplaza un mueble para abrir una compuerta
insertada en la pared rocosa. Saca de ella un pañuelo enrollado, de él saca un
arma, una especie de pistola de tamaño mediano. De otro pañuelo extrae una caja
metálica e intenta vaciarla sacando de ella una bala. El NIÑO observa
atentamente escondido debajo de una cama.)
REFUGIADO:
Sólo queda una. La última.
(REFUGIADO
introduce la bala en el cartucho del arma y vuelve a enrollarla en el pañuelo.
A continuación lo guarda dentro de la compuerta y coloca el mueble en su lugar.
Entra el MÉDICO).
MÉDICO:
Me buscabas.
REFUGIADO:
Estas en lo cierto. No vamos a acabar con ella ,
pero si con el bebé.
MÉDICO:
¿Qué propones?
REFUGIADO:
Sedarla. Ponle una inyección de anestesia general en
vez de epidural.
MÉDICO :
No puedo hacer eso, mataré al niño pero a cambio la
madre tendrá muchos riesgos hemodinámicos, además de la incapacidad de contraer
el útero. Es un peligro para ambos.
(REFUGIADO
pega un golpe en el colchón de la cama mientras cierra sus ojos con fuerza.
NIÑO se acurruca en silencio. MÉDICO da un paso atrás).
REFUGIADO:
¿Sabes qué es
lo más insoportable?
MÉDICO:
¿Qué?
REFUGIADO:
Que a veces solo pienso en salir de este refugio y
rendirme.
(MÉDICO
examina delicadamente su mirada)
MÉDICO.
Hay momentos en los que no se puede distinguir
valentía de cobardía.
(Entra
ANCIANO corriendo)
ANCIANO:
¡Está teniendo contracciones! ¡Va a nacer! ¡Piensen
algo!
(ANCIANO
se marcha desesperado, REFUGIADO y MÉDICO se miran)
REFUGIADO:
Hazlo como quieras pero mata a la criatura. No lo
hagas por mí, ni por el partido, ni por ti…hazlo por ella.
(MÉDICO
se dirige hacia la otra sala , REFUGIADO corre en su búsqueda)
REFUGIADO:
Una última cosa.
MÉDICO:
¿Qué ocurre?
(REFUGIADO
intenta articular palabras mientras le tiemblan las manos y busca al MÉDICO con
la mirada. Las lágrimas recorren su rostro)
REFUGIADO:
Dime…por favor …dime…¿Quién de los dos es el padre?
MÉDICO:
Me temo , compañero, que esa respuesta carece de
importancia ahora mismo.
(MÉDICO
sale de la sala. Entra ANCIANO).
ANCIANO:
Sólo queda un bote de conserva.
REFUGIADO:
¿Cómo puede ser? ¡Si los he contado esta mañana!
ANCIANO:
Están vacíos. Las últimas reservas que enviaron
antes del mísil vinieron vacías.
REFUGIADO:
Dejaré de comer dos días más. Usted ya lleva tres
días sin probar bocado.
ANCIANO:
Ni pensarlo, soy yo el que tiene que dejar de comer
por completo. Los adultos podéis comer menos, dejar el resto para el niño.
Además hace ya años que dejé de estar hambriento.
REFUGIADO:
¿Usted se ha dado ya cuenta, verdad?
ANCIANO:
¿De qué?
REFUGIADO:
De que estamos experimentando una muerte silenciosa.
(Sale
ANCIANO con pasos lentos y débiles. REFUGIADO vuelve a desplazar el mueble ,
abre la compuerta , saca el pañuelo enrollado, deja al descubierto la pistola ,
quita el seguro del gatillo y la guarda en uno de los cajones del mueble. NIÑO
sigue observando debajo de la cama.)
(REFUGIADO
sale de la habitación).
TELÓN
ACTO
TERCERO
(Doce
horas más tarde)
(NIÑO
corre asustado hacia la habitación donde se encuentra REFUGIADO)
NIÑO:
¡Está en el suelo! ¡No respira!
(REFUGIADO
se dirige corriendo hacia la habitación de ANCIANO. Éste permanece tendido en
el suelo, con las extremidades y las mucosas pálidas)
REFUGIADO:
¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Compañero!
(REFUGIADO
le coge el puño, lo flexiona suavemente y lo besa)
REFUGIADO:
Te marchas con una vida de lucha a tus espaldas.
Gracias por todo lo que dejaste en cada uno de nosotros.
(REFUGIADO
se dirige hacia la habitación donde se encuentran MÉDICO y REFUGIADA. Ésta, se
encuentra en una cama, cubierta con una sábana y la mirada otra vez fija e
inexpresiva. A su lado una silla a
escasos centímetros de los pies del MÉDICO que permanecen levitando. El cuello
del MÉDICO cuelga de una cuerda.)
(REFUGIADO
pierde la consciencia, cae al suelo, al cabo de unos segundos se incorpora y se
dirige hacia REFUGIADA con un llanto silencioso).
REFUGIADA.
No ha podido soportar la idea de tener que tomar una
decisión.
El bebé no ha nacido todavía. Tenemos tiempo.
(REFUGIADA
habla cada vez con voz más entrecortada)
Por favor escucha mis palabras.
(REFUGIADO
la mira con una mezcla de rabia , atención y cariño)
Con tu mano derecha tapa mi nariz, y con tu mano
izquierda mi boca. Hazlo con todas tus fuerzas.
(REFUGIADO le besa en la frente y se dispone
a seguir sus órdenes).
TELÓN
Acto
cuarto.
(Veinte
minutos después. REFUGIADO continúa asfixiando a REFUGIADA. No se atreve a
levantar la mirada. )
(Entra
NIÑO. Saca el arma que permanecía guardada en el cajón. REFUGIADO le mira con
cara de asombro. NIÑO enfoca la pistola hacia el techo de la cueva).
NIÑO:
Es la última.
(NIÑO
aprieta el gatillo y un sonido de disparo hace temblar la habitación. Treinta
segundos después un sonido más intenso se oye en toda la cueva.
Más tarde una nube de gas borra los rostros de
nuestros personajes).
TELÓN
FIN
A
todas las mujeres que son madres durante los conflictos bélicos.
Inspirado en:
-Dilema mora del “llanto del bebé”, de la “Revista española
de filosofía”
- La película “Vergüenza” de Ingmar Bergman.
-La obra de teatro “Los justos “ de Albert Camus.
y…
el actual conflicto de Palestino-israelí en la
frontera de Gaza.
Imágenes: fragmento y cuadro de Gustav Klim "Las tres edades de la mujer"