“La locura, a veces, no
es otra cosa que
la razón presentada bajo diferente forma”
(Goethe)
“En la venganza el más
débil es siempre el más feroz”
(Balzac)
“Y pues, nosotros
matamos para construir un mundo donde nunca más nadie matará.
Nosotros aceptamos ser
criminales para que la tierra se cubra finalmente de inocentes”
(…)
“¡Morir con ella! Los
que aman hoy en día deben morir juntos si ellos quieren estar reunidos.
La injusticia, separa
. La vergüenza, el dolor, el daño que
hemos hecho a los demás y el crimen separan.
Vivir es una tortura
puesto que vivir separa”
(“Los justos”, Albert
Camus)
"Summer interior" de Edward Hopper |
Lo
que más le impresionaba de aquel lugar no era la frialdad del color de sus
paredes. Tampoco la rigidez de los muebles. Ni si quiera la falta de
decoración. La verdad es que una lámina de algún pintor moderno o alguna
fotografía enmarcada hubieran ambientado más esa estación de paso en la que
algunas personas se ven condenadas a esperar ese tren que nunca llega.
Era
precisamente esa espera constante, esa incertidumbre y falta de vitalidad la que más le impresionaba. Pero …¿por qué? Cuando cada uno de los
pacientes abandonaba su limitado ecosistema a la hora de la comida o de la
cena, él ponía en marcha ese morboso vicio oculto de entrar en las habitaciones
cuando no hay nadie, diseccionar con la mirada cada uno de los rincones
ocupados por objetos personales. “¿Por qué estará leyendo a este autor? “
“Vaya, estas chocolatinas también las tomaba yo cuando era niño”, “Mi madre
también se lava con ese jabón,” “¿Qué es lo que estará escribiendo en ese
cuaderno?”.
Observar esos fragmentos de existencia
agrupados en esos 8 metros cuadrados y
darse cuenta de que también podría ser la suya propia le impresionaba.
Le impresionaba aún más que evaluar los
efectos secundarios de la medicación o una sesión de terapia electroconvulsiva.
Él
lo sabía, y el personal de enfermería también, pero no se lo tenían en cuenta.
La verdad es que era una costumbre bastante fetichista, pero a la vez también formaba parte de un
ejercicio mental para divagar con la imaginación de un ser cuya mente se ha
invertido por sí misma…o la ha invertido la vida.
Más
que una costumbre era un desafío , un reto personal al que todo psiquiatra aspira a conseguir:
empatizar
con la locura.
En
la consulta
-Pasa Marta. Pasa y coge asiento, estás en tu casa.
-Gracias. Perdóneme pero estoy un poco preocupada
por su rápida llamada. ¿Qué le ocurre ahora mi madre?
-Verás , ayer hable con el juez y con vuestro
abogado.- el doctor bajó la mirada hacia sus zapatos, solía hacer eso cuando no
guardaba el suficiente valor como para dar una mala noticia. Finalmente volvió
a levantar la mirada y la miró directamente a los ojos.-Siento decirte que
después de 6 meses de libertad condicional hospitalizada en este servicio y
yendo una vez por semana al juzgado…se…se….- no le conseguía articular bien las
palabras- para nuestra mala sorpresa se
ha desestimado la petición para suspender la condena.
Marta se llevó las dos manos a la cabeza cubriéndose
todo el rostro.
-
Tanto mis compañeros como yo hemos hecho
todo lo que estaba en nuestras manos. Cómo bien sabes, después de aquel suceso
tu madre desarrollo un trastorno adaptativo mixto ansioso-depresivo que con
terapia y algo de tratamiento conseguimos estabilizar sin necesidad de
hospitalización. Pero después del asesinato , tu madre tiene que estar aquí
porque tenemos miedo a que ese trastorno adaptativo haya derivado a un síndrome
bipolar o a una esquizofrenia, y que esa sea la causa de ese delito que ha
cometido. Estás dos patologías son dos trastornos digamos “mayores “
legalmente, esto quiere decir, que la pena se podría ver reducida o
inexistente. Pero desgraciadamente, y a pesar de que el abogado y nuestro
equipo ha declarado “estado palmariamente desestabilizador para su estado
psíquico y físico a causa de su grave enfermedad mental”, no ha sido suficiente
para el juez.
Aún no nos entra en la cabeza como ha podido
ocurrir esto, de verdad, pensamos que son intereses personales del magistrado
con el abogado de la defensa. Todos sabemos desgraciadamente cómo funciona la
justicia en este país.
El doctor seguía mirándola, ella continuaba con las
manos adheridas a su rostro, como si hubiera nacido así. Como si nunca hubiera
visto la luz del sol por permanecer con en la oscuridad de su propia piel,
protegida del mundo exterior. Se podía advertir su agonía subyacente creciendo
por dentro, como si fuera a estallar.
-Marta,
me temo que tu madre tendrá que ir a prisión.
Pensamos
que es mejor que se lo comuniques primero tú. Puede que sea demasiado incómodo
para ella que lo hagamos nosotros.
Por
mucho que este sea mi trabajo, y que lleve en esto más de quince años , en
determinados casos, no puedo llegar a transmitir la misma confianza que
transmite una hija.
6 meses antes
Esa
copa le había quedado más reluciente que la anterior. Tenía que darse prisa a
las diez llegaría “el club de la sed” y tenía que tener todo preparado para
ocupar toda la barra.
De
momento, se abrió la puerta.
Se
quedo, frío , parado, inmóvil.
No
, no podía ser él. 3 años habían pasado. Y ahora estaba allí entrando al bar
como si nada hubiera ocurrido.
Se
le cayó la copa al suelo y se le rompió en pedazos.
-Hombre, Manolo. ¡Pero cuanto tiempo! ¿Qué te trae por
aquí?
-¡Madre
mía Paco! ¡No sabes cuánto echaba de menos tu bar!
-¿Qué
te trae por aquí? – exclamó con disimulable sorpresa.
-
Pues al fin , después de tres años, la jodida condicional.
Ya era hora, ostia. Ya estaba bien, ya. El
talego me está dejando gilipollas.
Ponme
un ron con hielo anda, que allí lo único que me dan es vino de garrafa.
-Enseguida.
Vaya, no me queda ron en la barra. Voy al almacén, ahora vuelvo.
En
cuanto el camarero se fue, las cortinas de la puerta se movieron.
Él
dirigió la mirada hacia la puerta.
Se
quedó petrificado.
-¿Qué
haces aquí?- preguntó soprendido.
Ella
se dirigió hacia él. Tenía la mirada fija en ninguna parte. Sostenía una
botella de dos litros de agua mineral en la mano.
De
forma automática la esparció por encima del cuerpo de aquel hombre, de pies a
cabeza.
-¿¿PERO…
QUÉ…?? ¿QUÉ COÑO ESTÁS HACIENDO??
Ella
seguía con esa inexpresividad. Si la mirabas fijamente podías incluso dudar de
si de verdad se mantenía con vida.
Metió
las manos en una bolsa de plástico que llevaba colgada en el brazo derecho y de
ella sacó un encendedor del gas.
Presionó
el botón
Seguía
con esa mirada fija, inmóvil.
En
menos de 5 segundos el hombre estaba cubierto de llamas.
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HIJA
DE PUTA!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡HIJA DE LA GRAN PUTA!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡SOCORRO!!!!!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!!!!!!!!
Vuelta al presente
-“Toc,
toc”- llamaron a la puerta.
Marta
entró a la habitación.
“Ay mísero de mí, y ay
infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.”
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo.
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor,
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.”
-
Vaya,
parece que tienes a Calderón de la Barca en tu habitación.
-
Sí,
la verdad es que así no me hace falta leer.
Te presento a Amanda, la acaban de cambiar de habitación. A partir de
ahora estará conmigo. Fue profesora de literatura y sólo se comunica con
fragmentos de obras. Es increíble, se las sabe de memoria, lo más curioso es
que solamente habla con ellas, las utiliza como un idioma, un lenguaje . Le
puedes preguntar cualquier cosa que te contestará de esa forma tan poética. Ya
te puedes imaginar cómo serán las consultas con el doctor.
Hoy es el día de “La vida es sueño”.
-¿Y desde cuando se comunica así?
- Pues …yo no lo sé seguro, pero al
parecer las enfermeras me han contado que su hijo tenía problemas con las
drogas, y acabó tirándose al vació desde la terraza de su finca mientras ellas
tendía la ropa.
A partir de ese momento, ella
desencadenó una crisis post- traumática increíble y sus propios mecanismos de
defensa internos desarrollaron estas “Alucinaciones literarias” que la han
llevado hasta aquí.
A veces, me quedo mirándola, en
silencio, y me pregunto hasta donde
quiere conducirnos nuestra mente, pues a parecer estamos condenados a ser
esclavos de ella durante nuestra propia existencia.
La vida es injusta.
Marta tenía
ganas de utilizar la técnica que utilizaba siempre cuando quería escapar y no
podía hacerlo físicamente. La de cubrirse el rostro con las manos y
esconderse de la realidad.
Tomó otra
decisión.
Se acercó a
ella y sin pensarlo dos veces la abrazó. Lo hizo como nunca antes nunca lo
había hecho, perdiéndose en sus brazos, sintiendo su ternura.
Nunca antes
había sentido esa calma, esa paz.
Ese era su
mecanismo, sentirse segura.
-Mamá
-¿Qué ocurre
hija?
- Te quiero.
En la consulta
-¿Cómo se lo
ha tomado?
-La verdad,
me ha sorprendido. Mejor de lo que me esperaba. Es mucho más fuerte que yo.
Dice que por fin está en paz consigo misma. Doctor…¿Cómo es que después de
aquello, sus emociones la hicieran prisionera de sí misma y yo en cambio
consiguiera salir adelante?
-Verás Marta,
desgraciadamente la vida implica inevitables circunstancias que la mayoría de
los seres humanos aprenden a manejar adaptando sus respuestas biológicas,
psicológicas y sociales. En el caso de un acontecimiento tan estresante y
agresivo como el que tu viviste el cual tuvo un impacto tan grande para ti y tu familia, obliga a fabricar unos esfuerzos
de ajuste adaptativo.
Cada uno de
nosotros desarrollamos respuestas personales ante este tipo de situaciones. En
tu caso, la respuesta fue excelente y muy favorable: conseguiste salir adelante
tanto en el ámbito profesional como personal a pesar de tu juventud, estudiaste
una carrera, ahora trabajas como ingeniera, tienes una pareja, has formado una
familia , tienes hijos…etc.
La verdad es
que tu caso es de estudio. Yo no conozco a nadie que hubiera salido de esa
situación tan agónica como lo hiciste tú.
Eres una
superviviente.
En cambio tu
madre desencadenó una reacción emocional y comportamental alterada y duradera
como respuesta, que le condujo a acabar con la vida de ese hombre.
No quiero que
te sientas culpable por ello, Marta, no depende de nosotros saber la forma en
la que vamos a actuar frente a un acontecimiento vital traumático.
Hubo un
silencio de más de cinco minutos.
-
Y
…¿Cómo ha estado ella aquí durante estos 6 meses?
-
No
tenemos queja ninguna, su comportamiento ha sido excelente. Participa en todas
las actividades que hacemos, ahora mismo se ha ido con algunos de los pacientes
y con los enfermeros a dar una vuelta por el jardín. Además…parece que se
vuelve a concentrar.
-
¿Por
qué lo dice?
-
Hace
3 semanas cuando volvió del permiso del fin de semana de vuestra casa se trajo
un libro que no deja de leer.
-
¿Qué
libro es?
-
“Electrónica
analógica”.
-
¡Pero
si es una asignatura de las que estudié en segundo de carrera! ¿Qué le habrá
dado ahora por eso?
El psiquiatra y Marta se miraron uno al otro fijamente.
-¡Oh Dios mío!- exclamó Marta ahogando un grito.
-No, Marta, no creo que lo intente de esa forma. Saltaría el
diferencial de la luz, ya hay pacientes que lo han intentado varias veces
metiendo los dedos dentro del enchufe con las manos mojadas y no ha ocurrido
nada.
Marta se quedó blanca , pálida, petrificada en el asiento como un iceberg en
el norte del océano Atlántico.
De repente se levantó bruscamente.
-¿Los pacientes han salido fuera, no?
-
¡Venga
conmigo! ¡No tenemos mucho tiempo! ¡Tenemos que actuar deprisa!
Empezaron a correr por el pasillo como si el fin del mundo fuera a
llegar en menos de cinco minutos y en sus manos se albergara su salvación.
-¿Dónde está la sala de máquinas,
quiero decir, el cuarto de la electricidad?- exclamó Marta.
-En el sótano. Bajemos por la escalera
de seguridad, ¡es más rápido! ¿Por qué lo preguntas?
-La única forma de electrocutarse es
desactivando el diferencial de la luz. Para ello hay que empalmar los cables
pertenecientes al área donde se vaya a producir el cortocircuito, con unas tijeras es suficiente. Después
puedes acabar con tu vida tan sólo encendiendo el interruptor de la luz con las
manos mojadas.
-Joder, no lo puedo creer, no doy
crédito, ¿Cómo no se me ha ocurrido? De todas formas se necesita llave para entrar allí.
-¿Y usted cree que con la inteligencia que tiene mi madre, no
habrá planeado hacerse con ella?
A continuación se oyó un grito en el
que venía del fondo del pasillo.
-
¡¡¡¡SE
NOS HA ESCAPADO!!!! ¡¡¡¡ MIENTRAS ESTÁBAMOS JUGANDO EN EL JARDÍN SE HA
ESCAPADO!!!!- exclamó un enfermero.
Los tres corrieron sin cesar. Es en
esos momentos, cuando uno siente que el tiempo es relativo, que no importa a
qué velocidad vayan tus piernas o tu corazón, porque son tus pensamientos las
piedras que entorpecen el camino.
Cruzaron, otra esquina , otra más,
girar a la derecha, a la izquierda, ese laberinto no tenía fin.
Al fin llegaron a la puerta del cuarto
de máquinas.
Intentaron abrir, pero la puerta estaba
cerrada con llave
Se oyó un ruido. Cómo un chispazo.
Luego el sótano se inundó de un olor
carbonizado.
“Yo sueño que estoy aquí,
Destas prisiones cargado,
Y soñé que en otro estado más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.”
Amanda no paraba de repetir el monólogo
de Segismundo desde la muerte de la madre de Marta. Había conseguido que todo
el hospital se lo supiera de memoria.
El psiquiatra había salido a fumar con
una de las enfermeras.
-Bueno, ¿y tú cómo estás?
- La verdad es que aún no me lo
explico.
-Ya sabes que si algo caracteriza a
estos pacientes es que son completamente imprevisibles. Nunca sabes que es lo
que va ocurrir en los próximos minutos.
- Si, eso está claro tienes toda la
razón. Pero es que ella no presentaba intenciones ni ideas suicidarías. Además
su comportamiento era excelente.
Permanecieron en silencio entre calada
y calada, mientras tragaban el humo como si éste fuera a incinerar toda la
angustia que sus cuerpo eran incapaces de evacuar.
-¿Puedo hacerte una pregunta? – dijo la
enfermera.
-Dime
-¿Cómo hubieras actuado tú en su
situación?
-¿En cuál?
-Si un degenerado hijo de puta hubiera violado a tu hija cuando
está tuviera 13 años.
El doctor se cubrió la cara con sus
grandes manos. Ahogo un gemido. Se las retiró.
Y dijo:
-
De
la misma manera.
FIN
A todos los que luchan, aunque la mente les haya hecho esclavos de
sí mismos.
Y a mi amiga Clara, mi ingeniera favorita, por ayudarme en la
parte técnica de esta historia y por
supuesto… por ser como es.
Nota: después de leer la historia, os invito
a escuchar la música que me ha inspirado a escribir. Cerrar los ojos, y dejaros
llevar por esos puntiagudos acordes de violín.
Aquí os dejo
el enlace:
1 comentario:
Suposo que estic entre gelós i orgullós de la teva escriptura. Com diu el Hemingway de 'Midnight in Paris', "no em preguntis si la teva novel·la m'agrada, perquè si es així em sentiré gelós i no m'agradarà; si es que no, no m'haurà agradat que m'hagis fet perdre el temps". I sens dubte, llegir aquest relat és una de les millors sensacions d'aquest dia.
Enhorabona del relat, per moments m'has recordat a una gran novel·la francesa "La enfermedad de Sachs" (Martin Winckler) on un metge rural explica com les històries dels pacients influeixen (i molt!) en l'aparició i desenvolupament de les malalties que pateixen (i pot ser també la resolució). Està escrit en primera persona, perquè l'autor va ser durant molts anys metge de poble. I no dic que 'per moments' per desmerèixer la teva escriptura, que no cau en cap moment, sinó per fer una simple comparativa d'estils increïblement semblants en alguns fragments.
Llegint el teu relat (que he volgut compartir al cap de res) m'he sentit orgullós, doncs portem 2 anys animant-nos a crear literatura (i això que has fet ho és, no en tinguis cap dubte!). Estàs en un moment creatiu fantàstic, aprofita'l i regala'ns més com aquest!
Segueix així, continua escrivint (i no em creguis molt en el meu entusiasme).
Salut i escriptura! (o millor dit, bogeria i literatura!)
PD:
Per cert, una cita que segurament t'agradarà:
"Un hombre ha de estar siempre enfermo y loco para que los demás no tengan que estarlo. ¿Y dónde empieza la locura a ser enfermedad?... Eso no puede decirlo nadie”
Thomas Mann
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