En
la naturaleza del hombre encontramos tres causas principales de querella: la
competencia, la desconfianza y la gloria
****
La
base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido, no en la mutua
voluntad que los hombres se tenían, sino en el recíproco temor.
****
El
hombre es un lobo para el hombre
(Thomas
Hobbes)
Si
la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce.
****
****
El hombre es un milagro sin interés.
****
****
La naturaleza ha hecho al hombre feliz y bueno, pero la sociedad
lo deprava y lo hace miserable.
(Jean Jacques Rousseau)
Creo
en el hombre antes que en las fronteras
(anónimo)
Febrero de 1940.
El hielo comienza a invadir el Rin,
los soldados ya no se acercan tanto a la orilla como hacían durante los cálidos
meses de verano. Le tienen un respeto especial a ese río, no porque sea amplio
y caudaloso sino porque ha sido el principal testigo de casi todas las batallas
combatidas en esta limítrofe región del
viejo continente, llamada Alsacia.
Soldado nazi, en proceso de registro de una asustada ciudadana francesa. |
…más de 60.000 personas con
menos 30 kg de peso como hogar cada una
han partido ya de una de sus ciudades más importantes, Estrasburgo…hacía un
destino mejor…
…o peor…
El III Reich está empezando a romper el hielo que
petrifica las orillas del Rin.
Herbert Kauffman trazaba todos estos
pensamientos en su vasta imaginación, mientras masticaba una de esas cebollas
crudas que les dan a los soldados para que su estómago no reclamara entre
horas.
-Pero… ¿se puede saber que estás haciendo
otra vez con la mirada perdida delante del río? Siempre estás con la cabeza en
otra parte. Si necesitas mujeres nos lo dices y nos encargamos de ello, que
para eso estamos juntos en el campo de batalla, pero no te pierdas cuando el
General Schneider nos está llamando. ¡Venga , espabila y vamos a formar, que
como se enfade no habrá nadie que te saque de esta!
El
General Schneider tenía agua del Rin dentro de las venas. Tenía tanta rabia
dentro que hasta el Fuhrer evitaba
encontrarse con él cuando el humor le cambiaba.
Mitín nazi en Plaza Kleber |
-¡¡¡FOOORRMEN FILASSSS!!!- gritó el General- Escuchadme bien porque lo que os voy a decir ahora no lo voy a repetir, y seréis vosotros , panda de inútiles, quienes sufriréis después las consecuencias.
Veréis, uno de nuestros espías
nos ha comunicado que el General Jean-
Pierre Marchand (mi homólogo francés), resultó herido de bala en la batalla de
ayer. Hasta este mismo momento pensábamos que había muerto. Pero, no, no…el muy
puerco no sé de dónde sacó las fuerzas para salir del campo de batalla.
¡¡¡QUIERO QUE ME LO TRAIGÁIS TAL
Y COMO OS LO ENCONTRÉIS!!! Si os lo encontráis muerto, le haremos el funeral
nosotros, al estilo germánico… Y si está vivo , ya pensaré yo si utilizarlo
como moneda de cambio, aunque difícil lo veo porque me corroe el ansia de volarle los sesos a ese maldito gabacho
desgraciado.
¡TENEÍS 7 DÍAS! Si no lo encontráis
dispararé a uno de vosotros al azahar.
¡¡¡¡LA ALSACIA ES NUESTRA!!!!
Después
de todo aquel discurso, el soldado Kauffman, prosiguió con su paseo por las
orillas del Rin, como si nada hubiera pasado. Sus aguas le hipnotizaban tanto,
que a veces ni si quiera era consciente de que se encontraba colgado del hilo
de una guerra.
Se hizo
de noche, pero como no conseguía dormir, continuó por el bosque que ahora
bordeaba al Rin.
Comenzó
a nevar, pero caminó y caminó como si buscara el camino que lleva al centro de
la Tierra , como en la novela de aquel francés, Jules Verne que le contaba su
madre cuando no podía dormir. Desde luego, la humanidad tendría que ir en busca
de otros mundos mejores cuando la Tierra esté repleta de guerras.
Amaneció
con más de un metro de nieve bajo sus pies. Detrás de él sus huellas le
perseguían.
Se
detuvo para mirarlas.
Y de
momento, silencio.
Que
sensación tan agridulce, la paz del silencio en medio del odio de la guerra.
Detuvo
su vista en el horizonte, y se fijó en un tronco más ancho de lo normal. Se dio
una palmada en la cabeza para comprobar que no era una alucinación producida
por el frío y siguió caminando.
A medida
que se acercaba la anchura del tronco iba adquiriendo la forma de un ser
humano. Al colocarse delante de él, se quedó petrificado por lo que tenía
delante de sus ojos.
Un
rostro azulado tiritando al ritmo de una mano que sostenía un arma que Kauffman
en su vida hubiera intentado disparar.
El edificio más antiguo de la Universidad, actualmente abierta , tan sólo a 50 metros de mi pequeño estudio |
Lo
primero que se le ocurrió decir fue:
-¿Hace tanto frío como parece,
verdad?
El señor azul, le tendió torpemente la mano de la escopeta mientras tiritando y muy ,
muy bajito le susurraba:
-Acaba conmigo, por favor.
-¿Dispararte? ¿Yo? ¡Vaya chiste!
¡Pero si me dan miedo las armas! Si cada vez que oigo una de mis compañeros
durante las sesiones de entrenamiento me dirijo a la retaguardia. El resto de
soldados dicen que soy demasiado inocente para estar donde estoy, y que no
saben cómo narices he llegado hasta aquí con sólo 17 años. Bueno, otros soldados
también dicen que soy mariquita, pero eso le aseguro que no, al menos por
ahora. En fin, voy a sacarle de aquí para que pueda seguir disparando como
antes que seguro que lo hacía muy bien.
Le dio un poco de té tibio con azúcar que
llevaba siempre en su cantimplora, pues en una de esas novelas que tanto le
había leído su madre decía que el alcohol podía agravar aún más la hipotermia.
Luego le
ayudó a incorporarse y notó que no podía apoyarse con su brazo.
Le
arrancó parte de su uniforme y vio que ahora el señor azul, empezaba a
transformarse en señor rojo, por el antebrazo derecho. Estaba perdiendo mucha
sangre.
Kauffman
sabía lo que tenía que hacer.
-¿De qué parte del Rin es usted?
Yo de las dos, porque mi madre nació en un lado y mi padre del otro, como la
mayoría de los que combatimos seamos alemanes o franceses. Sabe…usted y yo
vamos a hacer un trato. Yo le voy a vendar muy fuerte la parta alta de su
antebrazo para que deje de perder sangre…y usted me promete que no se enfadará
conmigo si nunca más vuelve a disparar con un arma como esa.
Imagen promocional de "Malditos Bastardos" (Q. Tarantino) . Película que me ha ayudado a crear ambiente. |
El señor
azul asintió ligeramente, mientras las lágrimas cubrían su rostro. Nuestro pequeño
soldado, le hizo un torniquete con un paño largo que conservaba en sus
pertenencias. Luego miro en su reloj la hora, 9:33. Escribió esas cifras en el
hombro del señor azul con su sangre. Toda una obra de arte la que acababa de
pintar en medio de la nieve.
No tuvo
problema en llevarlo en su espalda, pues aunque joven, Kauffman era un chico
que le sacaba dos cabezas a cualquier soldado de a pie.
Miraba
su reloj cada 15 minutos, para poder aflojar el torniquete.
Después
de 4 horas de marcha, finalmente vieron un campamento al horizonte con una
bandera azul, blanca y roja ondeando.
-Le tengo que dejar aquí, hemos
llegado a la enfermería más próxima, la de la base francesa.
El señor
azul se le quedó mirando fijamente:
-¿Por qué haces esto?
-Yo no elegí ser soldado. Me
hicieron soldado.
El señor
azul le apretó fuertemente con la mano
que no tenía el torniquete mientras le sonreía.
Kauffman
llamó sigilosamente a la puerta, lo dejó al lado, y desapareció tan rápido como
las aguas del Rin.
Al caer
la noche llegó a su campamento.
Otra vez
el silencio.
Divisó a
sus colegas a los lejos, aunque ellos no se acercaron.
-Qué
extraño.- pensó
Empezó a entrarle hambre y se dirigió hacia
ellos corriendo.
-¡¡EH CHICOS ME QUEDA UNA CEBOLLA!! ¿¿LA
COMPARTIMOS??
Escuchó
una voz cercana que procedía de detrás.
-Quién traiciona una vez, traiciona dos
veces.
De
momento y sin pensarlo, calló sobre sus rodillas, después sobre la nieve.
Y cuando ésta se derritió volvió a las aguas
del Rin.
FIN
A todos los abuelitos y abuelitas que veo en urgencias, que con todas las aventuras que me cuentan han acabado alimentando parte de esta historia.
Notas a pie de página:
Una de las razones por las que escogí Estrasburgo como destino Erasmus es por su situación fronteriza. Esto implica mestizaje, tolerancia y sobretodo ¡respirar historia por todas partes!
Hace unos meses , una mañana de domingo me dolía mucho la cabeza y en vez de tomarme una pastilla de Paracetamol me fui con mi bici a Alemania, que solamente se encuentra a 6 km.
Al cruzar la frontera , atravesé el Rin por un puente llamado "El puente de Europa".
Me quedé mirando el rio y empezé a recrear en mi mente cada uno de los episodios que ocurrieron (o tal vez no) entre sus dos aguas.
¿Por qué el ser humano posee la misma capacidad para unir que para separar?
Que paradoja que al bajar de ese puente, en la parte alemana, me topará con el camino de Santiago, representación de la conexión entre rutas según la UNESCO.
Que casualidad también, que Estrasburgo sea hoy en día capital europea de los derechos humanos.
3 comentarios:
¡Gran historia Clara! M'ho he passat bé llegint (i m'ha encantat el final, no sé si ho saps, jo sempre he estat de finals romàntics -en el sentit tràgic de la paraula).
Alsàcia es una gran terra, que m'agradaria tornar a visitar i poder veure-la amb els ulls que l'estàs veient.
En les guerres, oblidem que a l'altre costat del Rin existeixen persones com nosaltres, que hem fantasiajat com a animals sense sentiments, i que per això els podem odiar amb facilitat. Pot ser, el sentiment més absurd que tenim. De vegades, pensem que la principal qualitat humana és l'empatia, habilitat que tenen molts animals (gossos, gats, cavalls...). I precisament, som nosaltres qui la podem suprimir a voluntat... ¿L'odi i la "raó" es el que ens fa humans? o ¿És l'empatia o la solidaritat? ¿o pot ser fer-se aquesta pregunta és la més estúpida que ens podrirem fer?
Me ha encantado Clara: Bonita historia y muy bien contada
Un beso
Muchas gracias chicos,
Una persona muy especial para mí me ha hecho el siguiente comentario:
"Una de las cosas que he aprendido es que la pérdida de la inocencia es proporcional a la pérdida de la humanidad"
(Creo que no hacen falta más palabras para esto)
Publicar un comentario