Los viajes inesperados te inquietan y te amilanan, sobretodo al perder tu mirada rezando libertad entre interminables paisajes ferroviarios; al experimentar temperaturas extremas, al soñar sobre una almohada poco acostumbrada a tu cuello, al compartir tu espacio vital, al acostumbrarte a la heterogeneidad emocional que determinados seres te proyectan por el hecho de ir disfrazada de un blanco inmaculado y poder rebuscar en pedazitos de su historia vital. Una diferencia más que vuelve a separar a los protagonistas de la realidad. Un muro más. Sí, de esos que dices que no hacen más que crear guetos.
Es por esta razón por la que los viajes inesperados te atemoran: experimentas un tic extraño al sentir esa bifurcación entre afluentes.
Pero como tú bien sabes los afluentes tarde o temprano, convergen y dan lugar a un río mucho más sabio y emérito que al final se rendirá ante el océano, no sin antes fundirse entre la humanidad dandolé de beber en forma de sendas fuentes. Y es en ellas dónde, tarde o temprano, acabarán tus pasos después de una tarde en el Ares. Te quitarás los zapatos ansiosamente, y sin importarte el contraste sumerjerás los pies mientras sumerjes a la vez esas diferencias.
Y con la vehemencia del sonido de una tímida guitarra y la paz de anciano pintor callejero dibujando silenciosamente recónditos rincones, sentirás ese frescor.
El casco antiguo te mostrará un laberinto del que no querrás buscar la salida, el paso del tiempo se desnudará en cada esquina, las conversaciones florecerán espontáneamente al igual que sus geranios, la convivencia te enriquezerá de tolerancia, aprenderás en 1 mes lo que aprendiste en 2 años, por esos corazones latiendo sin cesar, ...y descubriras otras vidas a través de las cuáles redescubrirás la tuya propia.
Por eso prefiero, ser pequeña e ilegible, para que no me puedas leer, descubras estos secretos por tí misma y así poderte sorprender.
Sólo tienes que dejarte llevar.
Firmado:
La letra pequeña.
PSD>: Por el mes de Julio 2011. Por Córdoba (esa ciudad llena de contrastes). Por el Hospital Reina Sofía. Por la controversia que genera la multicultutalidad, (y por su carcajadas).
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