martes, 22 de noviembre de 2011

Virginia Woolf: la percepción descarnada.

Demasiadas fueron las razones que me llevaron a escoger "Orlando" de la estantería del salón. La primera de ellas fue mi erudita idea de acercarme a los clásicos de bocanada en bocanada de aire literario; pues un poco de aire puro siempre ayuda en la respiración de nuestras ideas. Otra de ellas, fue la morbosa curiosidad por los artísticos desordenes mentales, de los que es bien sabido Virginia caía rendida. Pero quizás fuera la lectura de "Feminismo para principiantes" (Nuria Valera), el que me hizo percibir el hecho de que la literatura no sólo es un elemento decorativo y ornamental del acerbo cultural de una época y zona geográfica. Es la escopeta sin balas que los escritores utilizan para disparar hacia aquello que les quita el sueño.

Primer plano de Virginia Woolf
Las palabras de Woolf, sus descripciones icónicas de cualquier escena cotidiana, sus aleteos temporales en la cronología psicológica de sus personajes, su inestabilidad emocional acompañada de sus alucinaciones...en fin , toda ella, sentaron las bases del pensamiento feminista que invadió los panfletos en las calles de los 70 en el mundo occidental.

Esta entrada la voy a dedicar a una de sus obras "Mrs Dalloway", en la que Virginia retrata un día en al vida de Clarisa Dalloway, típica burguesa inglesa de mediana edad en el periodo entre guerras, cuyo objetivo es la celebración de una fiesta en su casa esa misma noche. Ella tendrá que encargarse de crear una atmósfera perfecta, tanto material como espiritual en su anfitrión ambiente. Parece un día atareado, sin ninguna complicación aparente, ¿verdad? No obstante, Woolf hace florecer hábilmente las incertidumbres , jugando con la aparición espontánea de personajes pasados en la vida de Clarisa, de esta manera , consigue retratar burlescamente, no sólo a la sociedad londinenese del momento, si no también al esquizofrénico tratamiento utilizado por los psiquiatras de la época, sin olvidar la defensa por la independencia femenina en todos sus aspectos.

La actriz Nicole Kidman inerpretando
a la escritora en "Las horas"
He de ser sincera: no fue fácil su lectura, por eso para hacerla más amena, me propuse la lectura posterior de "The hours" de Michael Cunninghman, cuyo argumento es la traslocación de la obra de Woolf en 3 personajes femeninos totalmente diferentes y en tres épocas diferentes. El autor consigue elegantemente una transposición de debilidades humanas en una. Finalmente, vi la versión cinematográfica de la oba de Cunnighman, en la que he de destacar el papel de Julian Moore, Meryl Streep y en especial Nicole Kidman, pues es la que encarna a Virginia Woolf, (y no estamos muy acostumbrados a ver a Kidman tan demacrante XD). Como vi la película mientras me estaba leyendo la biografía de Woolf escrita por su sobrino Quentin Bell, los gestos y miradas de Kidman me acercaron más a su abrupto laberinto creativo y mental.
Finalmente concluiré con el injusto rechazo y olvido que sufrió su obra durante la 2º Guerra Mundial, y su tendencia sexual que no es más que el sentimiento de admiración y plenitud hacia otras mentes, que a veces, nacieron hombre y otras mujer, pues Virginia fue capaz de querer a muchos y a muchas, pero quizá nunca a ella misma.


Os dejo con el programa sobre ella:
http://www.rtve.es/alacarta/audios/mujeres-malditas/mujeres-malditas-virginia-woolf-percepcion-descarnada/1123299/

sábado, 12 de noviembre de 2011

Mujeres malditas.


Tomar decisiones me resulta abrumador. Cuando tengo que descartar una posibilidad entre varias, se me eriza el pelo, me entra flato y me salen granitos en la cara. Y aunque me cueste hacerlo, reconozco que es uno de los aspectos de "la edad adulta" que aún no he aceptado. Sin embargo, a veces pienso en que si me hubiera sido coartado el derecho a decidir, seguramente desearía más que nunca la incertidumbre de la duda. Si los caprichos del azar me hubieran gestado en otra lejana época o cultura, una vida premeditada de antemano hubiera sepultado mi capacidad de decisión.
Llegado a este punto pienso el acerbado concepto de "género". Curioso el cromosoma X, es justamente esa estigmática morfología decidida al azar por las increbantables leyes de la genética, la que nos ha crucificado a lo largo de la historia.
Este verano, topé por casualidad con los podcasts de uno de esos programas de menos de 15 minutos que nos regala radio nacional entre boletín y boletín de informativos. Se trataba de "Mujeres Malditas", programa en el se pincelan algunos aspectos de la vida, obra y pensamiento de mujeres de diversa índole, todas diferentes entre ellas, pero con un denominador común: su rebeldía hacía su coetánia sociedad.
Escuchando estos pedacitos de biografía estamos haciendo algo más que recojer un recuerdo; todas y todos estamos aprendiendo de estas vehementes figuras.
Así que siguiendo la línea de este programa he decidido inagurar una nueva sección en este blog con el mismo nombre, en la que expondré mi visión de sus protagonistas, después de haberme paseado un ratito por las alumbradas esquinas de su pensamiento.

Estaís todas y todos invitados a pasear.
Estaís todas y todos invitados al derecho de decidir.

Os dejo el link de lso podcast del programa "Mujeres malditas":http://www.rtve.es/podcast/radio-5/mujeres-malditas/

Imagen: "Cadmus and Harmonia"(1877) de Evelyn de Morgan

jueves, 10 de noviembre de 2011

Matemos al clasicismo, seamos cuánticos

¿Qué tiene que ver la física en esté blog? Pues para vuestra desgracia, mucho, pero tranquilos, no quiero asustaros. La mecánica cuántica plantea problemas filosóficos, pues no hay conexión entre la teoria y la realidad observada (como ocurre en la física clásica) . En esta nueva sección vamos a jugar a pensar en algunos de estos planteamientos que todavía están colgados en las perchas de la comunidad científica.

Venga , animaos , no os vais a manchar de tiza llenando la pizarra de fórmulas.

El gato de Schrödinger


Pobablemente nunca tuvo un gato, pero Erwin Schrödinger, uno de los padres de la mecánica cuántica (y también un gran vividor, por cierto), hizo famoso a uno de estos animales que, en realidad, nunca existió...o quizás si?


Con esta premisa os voy a presentar la temática de este capítulo el concepto de "estado de superposición". Hasta que no haya verificación, la materia puede estar en 2 estados. Descavellado,no? Pues bien, para nuestra suerte o desgracia este concepto se desmorona por la mera intervención de un observador consciente.

Se trataba de un experimento mental que propuso para rebatir una de las conclusiones de esta rama de la física con la que nunca estuvo de acuerdo, al igual que Enstein, quien a raíz de esta aleatoreidad filosófica le hizo pronunciar " Dios no juega a los dados con el universo", refiriendose a la naturaleza probabilistica de esta rama de la física. Vivimos en un mundo macróscopico, donde, de acuerdo con el sentido común, las cosas que existen lo hacen incluso cuando nadie las mira. Pero en el microscópico mundo subatómico de la cuántica todo es muy diferente. El estado y la posición en que se encuentre una partícula es indeterminado mientras no se interacciona con ella. No es que no sepamos en qué estado está, sino que realmente se encuentra en todos los posibles estados a la vez, o , como suele decirse, se encuentra en una "superposición de estados", hasta que se ve obligada a adoptar uno determinado porque alguien la mide. Schrödinger propuso el experimento del gato para demostrar que si en el mundo macroscópico esta posibilidad era inconcebible, también lo era para el mundo subatómico. Se trata de una caja cerrada en la que hay un gato, un frasco con un gas venenoso, un átomo radiactivo y un detector de radiación, de forma que , si el átomo se desintegra, el detector lo percibe y rompe el frasco, produciendo la muerte del gato. Así, parece que existe una relación inequívoca entre el estado de un elemento del mundo cuántico (física cuántica) y otro tan macroscópico como un gato (que representa a la física clásica): si el átomo está desintegrado, el gato está muerto, y si no, está vivo. Tal y cómo Schrödinger dijo, la función de onda describiría al gato "vivo" y "muerto" a partes iguales hasta que el experimentador abriera la caja y la función se colapsará a uno de los dos estados. Salta a la vista que este resultado es absurdo, ya que la idea de que un gato esté vivo y muerto es descabellada. Y no obstante, es exactamente lo que parece ocurrir con los fotones.
¿Por qué? Mientras que la mecánica cuántica hace un trabajo muy remarcable describiendo el comportamiento de objetos microscópicos y grupos de objetos, el mundo que vemos y tocamos sigue siendo empecinada y exasperadamente clásico.

Algo misterioso ocurre en la transición del mundo extraño de los simples objetos cuánticos a los objetos mucho más grandes del mundo cotidiano.

La división absoluta entre el mundo macro y microscópico que defiende la interpretación de Copenhage disgustó a muchos físicos porque simplemente elude la cuestión: dice que ocurre , pero no por qué.

¿Con qué interpretación nos quedamos entonces? Como con cualquier interpretación filósofica que se precie de ocupar espacio y tiempo en nuestras neuronas, con la de "calla y calcula". Es decir, evitemos pensar en ello...

...y acordarse de el gato que llevaba de cabeza a Alicia. ¿Anticipó Lewis Carrol está paradoja?



Pero propongo una interpretación mejor: aplicarla a nuestra incierta vida normal...


Fuentes: apuntes de física de 2º de bachiller, "Conversaciones de física con mi perro" (Chad Orzel), www.ciencia-ficcion.com

sábado, 5 de noviembre de 2011

Cómo acabar con la creatividad perezosa.

Paradojicamente a lo que se pudiera esperar, esta entrada está especialmente dedicada a la pereza mental, sí, aquella tan díficil de reconocer, pues ser perezoso no ha recibido mucha aceptación en nuestra sociedad. La creatividad, como cualquier producto de la mente humana, también es vulnerable a la pereza. Pero es su caso, ambas mantienen una relación "ni contigo ni sin tí", ya que nuestra creatividad también necesita tumbarse en el sofá y abrir una latita de cerveza de cuando en cuando.

He aquí unos pequeños consejos para mantenerla alejada. Hace unas semanas, me leí "Práctica del guión cinematogràfico" del guionista Jean-Claude Carrière. Aunque la técnica planteada está enfocada a la escritura de guiones, el autor plantea unos cuantos ejercicios aplicables a cualquier tipo de escritura creativa, (o ¿por que no? simplemente contra la pereza).

"El guionista entrena su imaginación como un músculo

Para entrenar a la imaginación, hay que ponerla en práctica(...) Hay que obligarse, e incluso, cada día, a partir de un suceso leído en un periódico, de una anécdota narrada por un amigo, o sencillamente, a partir de nada, a partir del vacío de uno mismo, hay que obligarse a inventar una situación, un principio de relato, e incluso , ver historias por todas partes, y contarlas constantemente a alguien. Contar una actitud particular entrevista en la calle, una frase inhabitual oída en el metro, con la única finalidad de entrenarse interesando a alguien(...)

Aparte de contar sin cesar, (e incluso de contar la misma escena de 25 maneras diferentes) existen algunos ejercicios:










  • Yo me pongo enfrente de alguien. Estoy trabajando en una historia, pero la guardo en secreto, no digo el tema. En voz alta, doy un detalle que afecta directamente a mi historia: un lugar particular, un objeto, una frase del diálogo, un detalle del traje. Mi amable pareja debe responderme inmediatamente, por reflejo, por libre asociación de ideas y de imágenes, sin reflexionar casi, dejándose llevar. Este ejercicio me ayuda a abrirme, y a invadir la imaginación del otro. Porque no esxisten imaginarios idénticos, como no hay dos vidas idénticas.




  • Somos dos personas, sentadas a la terraza de un café y observamos a los viandantes. Es el pasatiempo favorito de los auténticos guionistas. Pero atención: es un trabajo ardui. Se trata de buscarles una historia , a todas esas gentes. Y lo arbitrario puede surgir así: yo digo a mi colega que elija cada vez, para cada viandante, un desarrollo trájico. Por mi parte, con los mismos viandantes, o los mismo vecinos de mesa, elejiré una acción cómica. Después de lo cual nos contamos, nos corregimos el uno al otro. Y cambiamos: para él lo divertido, para mí lo patético.




  • Los ejercicios son múltiples. Puede uno incluso dormirse y soñar, puede esperarse el primer amanecer, el instante mágico del despertar, que los científicos llaman "la hora de la invención" (?) y concentrar en ese instante todo el pensamiento en la escena que se debe hacer. Se puede hablar, pero también escuchar, mirar. También olvidar un guión, durante semanas e incluso meses. Incluso la inanición puede ser un trabajo (???). También dejar correr el pensamiento de la mano, elejir casi al azar algunas fotografías desconocidas e intentar imaginar las historias que esconden.






Entrenando metódicamente esté músculo secreto, se descubre bastante pronto, no sin vértigo, que nuestra imaginación carece prácticamente de límites, pues nuestra imaginación es perfectamente inocente (...). El guionista tiene el derecho, (y deber) de ser un repugnante criminal en potencia. Varias veces al día, debe matar a su padre, vender a su hermana y a su patria. Debe, con todas sus fuerzas, buscar al criminal que hay en sí mismo(...)







Finalmente, para un guionista, todo es guión. Toda mirada hace nacer una escena(...). Un guionista ve una película en cualquier parte. Y hay acciones en todos loso sitios, dentro de uno mismo y fuera. Hay que asomarse tanto hacia fuera como hacia dentro...







...Y buscar en el interior de los demás cuando el nuestro no responde"







(Los interrogantes son de mi propia cosecha)