domingo, 13 de mayo de 2012

¿Ciencia o arte?

Ya lo decía Heráclito allá por el 535 antes de Cristo: "Panta rei",  todo fluye, por tanto el cambio es lo único real. Una de las manifestaciones de este cambio es el movimiento,  para muchos fotográfos concebido como una fecundación entre la belleza y las leyes de la naturaleza amaestradas por la física
Hoy recordaremos a dos de aquellos seducidos ante este aleatorio misterio.

Un paso relevante hacia el desarrollo de la primera cámara de imágenes en movimiento fue el que dio el fisiólogo francés Etienne Jules Marey (1830-1904), cuyo cronofotógrafo (un ’fusil fotográfico’) portátil movía una única banda que permitía obtener doce imágenes en una placa giratoria que completa su revolución en un segundo. Sin embargo, su tira de película consistía en un papel mojado en aceite que se doblaba y se desgarraba con facilidad. Se iniciaba así la cronofotografía, que posteriormente sentaría las bases de el séptimo arte : el cine.




Sin embargo,Edgerton (1903-1990) , ingeniero, partió de una estrategia totalmente diferente: "En lugar de tratar de fabricar obturadores fotográficos [la 'compuerta' que controla el tiempo durante el que llega la luz a la película] más rápidos, se centraría en sistemas de iluminación múltiple que, gracias a alcanzar una velocidad de destello de una millonésima de segundo, permitían congelar una escena rapidísima",
Este flash ultrarrápido (estroboscopio) no sólo le permitía congelar el movimiento, sino que si se daban múltiples destellos en un sólo segundo (multiflash) podía plasmar movimientos vertiginosos en diferentes fases de su ejecución, ya fuese el alegre coleo de su perro, un salto de trampolín o una flecha atravesando un globo (una instantánea que, con su habitual sentido del humor, tituló 'Guillermo Tell').

Una demostración más de la imposiblidad de bañarse dos veces en el mismo río.
No sé vosotros , pero piendo que la humanidad no es consciente de los sorprendente que es poder apreciar una imagen fija, estática sobre un soporte material, pues la fotografía también es un almacén de nuestros recuerdos dando lugar a una fábrica de sentimientos. ¿Cuantas veces os habeís emocionado al observar una fotografía de una persona que ya no está o que queremos? Lo más fascinante es que son las leyes cinéticas y ópticas de la física las que intervienen en esta mágica atmósfera.

¿Pensaís que ciencia y arte están reñidas?
¿Qué es para vosotros la fotografía?

Fuentes:  "Aprender de cine" http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/aprendercine.htm
              "Edgerton, la fotografía hecha ciencia" http://www.elmundo.es/elmundo/2010/06/08/cultura/1276007798.html




domingo, 6 de mayo de 2012

El lobo estepario: homenaje al nihilismo y al incosciente

¿Recordaís mi promesa de principios año de dedicarle un cariño especial a la literatura del siglo pasado? Pues bien , para que veaís que soy fiel a ella, os invito a reflexionar sobre El lobo estepario de Hermann Hesse.
Si esta novela incluyera un prospecto en ál aparecería en letras mayúsculas : "NO INGERIR SI USTED ESTÁ BUSCANDO HISTORIAS", (vamos lo mismo que pondría el prospecto de una peli de Jean Luc Godard), pues la densidad de este onirismo realista se basa en el contenido filosófico que es capaz de aportar el personaje principal , Harry Haller a través de su evolución moral, más que en una sucesión cronológica de los hechos.
La obra aparecció en 1927, fecha importante ya que el sombrío fulgor de sus páginas refleja muy bien la atmósfera de estos países europeos que acababan de salir de la apocalipsis de la I Guerra Mundial y se alistaban a repetir la catástrofe.
Como no se trata de una novela que finja el realismo, sino de una ficción que describe el mundo simbólico de las reflexiones, las visiones y las impresiones son lo verdaderamente importante y los hechos objetivos meros pretextos o apariencias, es difícil resumirla sin omitir algo esencial.
En la tortuosa personalidad del protagonista, Harry Haller, se condensan el malestar y el nihilismo de la época de entreguerras. Son Freud y Nietzsche los terapeutas que Hesse elige para diagnosticar y remediar la desesperación existencial de Harry.
Hesse era esquizofrenico desde edades tempranas (su primer intento de suicidio fue a los 15 años). De mayor decidió psicoanalizarse por discípulos de Freud, por lo que éste compone un elemento esecial en la obra. Harry Haller padece una neurosis profunda en la que han entrado en conflicto su ello (instinto) y su superyó (racional, moral) de modo que su yo (pensamiento objetivo entre el ello y el superyó) está alterado.
Los sueños como canal comunicativo del ello , a la vez que las drogas y el sexo representan un protagonista más en la novela.
Por otra parte Haller carga con un malestar cultural importante, pues la civilización y la cultura impiden al ser humano la satisfacción de sus impulsos, inhibiendo su felicidad, y que gracias a esta respresión existen los grandes libros las obras de arte y la música que tanto entusiasman a Haller.
Así pues la aportación de Freud a la obra es la concepción del Dios cristiano como padre de la cultura occidental, es decir el superyó de la sociedad a través del sentimiento de culpa, obstáculo del inconsciente.

Por otro lado , la aportación de Nietsche es bastante amplia. Éste ve al igual que Haller en el tiempo actual , el último reino del hombre, del hombre que vive el triste final de una civilización en la que havian imperiado valors ja muertos. Es el reino del hombre empobrecido, del hombre sin grandes objetivos, sólo con pequeños intereses; el reino del hombre que se ve precipitado al nihilismo, es decir, el estado del hombre carecido de objetivos por los cuáles valga la pena luchar, falto de la fuerza de superación. Es el hombre de la vida moderna , que está harta de todo y sólo busca la comodidad y el placer diario. Así pues, se Hesse crea un elogio al superhombre, al niño creativo que elogia el placer y el dolor como parte de la vida y que se comunica a través de expresiones creativas.

Es curioso que las aportaciones de ambos pensadores se solapen, de modo que Hesse diseña una intersección de las reflexiones más rebeldes del siglo XX.

Hesse se convirtió en uno de los gurús de la literatura sesentera de la época hippie, por su condena al materialismo de la vida moderna y su rechazo de la sociedad industrial, en su fascinación por Oriente y sus religiones contemplativas y esotéricas; en su amor por la Naturaleza; en la nostalgia de una vida elemental; en la pasión por la música y la creencia en que los estupefacientes podían enriquecer el conocimiento del mundo y la sociabilidad de la gente.

Espero que os dejeís llevar por la obra y desperteís a vuestro inconsciente superhombre para desechar los valores transmundanos.
Os dejo con el fragmento, que para mí, mejor resume el sentido de la obra (si es que tiene alguno):
"-La idea equivocada y funesta de que el hombre sea una unidad permanente le es a usted conocida. También sabe que el hombre consta de una multitud de almas, de muchísimos yos. Descomponer en estas numerosas figuras la aparente unidad de la persona se tiene por locura, la ciencia ha inventado para ello el nombre de esquizofrenia. La ciencia tiene en esto razón en cuanto es natural que ninguna multiplicidad puede dominarse sin dirección, sin un cierto orden y agrupamiento. En cambio, no tiene razón en creer que sólo es posible un orden único, férreo y para toda l avida, de los muchos "sub-yos". Estes error de la ciencia trae no pocas consecuencias desagradables; su valor está exclusivamente en que los maestros y educadores puestos por el Estado ven su trabajo simplificado y se evitan el pensar y la experimentación. Como consecuencia de aquel error pasan muchos hombres por "normales",y hasta por representar un gran valor social, que están irremisiblemente locos, y a la inversa, tienen a muchos por locos que son genios."

Fuentes: Apunts Jota O' (www.xtec.cat )

Aula de filosofia (www.auladefilosofia.net)

El sombrío fulgor por Mario Vargas Llosa , aportación del autor al libro Una invitación a la lectura, publicado junto a la colección Clásicos del siglo XX de el diario El País.

Apuntes de filosofía de 2º de bachillerato.

El lobo Estepario de Hermann Hesse, colección Clásicos del siglo XX de el diario El País.