domingo, 28 de septiembre de 2014

El dilema del recién nacido


“La única manera de librarse del dolor de perder las ilusiones es no tenerlas”
(Charles Marriott)

"No son los males violentos los que nos marcan, sino los males sordos, los insistentes, los tolerables, aquellos que forman parte de nuestra rutina y nos minan meticulosamente como el tiempo".
(Emil Cioran)


Personajes:
NIÑO
REFUGIADO
REFUGIADA
MÉDICO
ANCIANO

ACTO PRIMERO

La cueva donde se esconden los refugiados.
(Se alza el telón en medio del silencio. Todos los personajes están sentados en torno a una mesa, inmóviles. La mesa está orientada cara al público, sólo se observa el tronco de los personajes. El REFUGIADO se levanta para tomar la palabra. Habla en voz baja).

REFUGIADO:
Por fin estamos todos reunidos.
ANCIANO:
Por desgracia no estamos todos los que deberíamos.
REFUGIADA.
Es importante.
REFUGIADO:
Mis combatientes, he organizado esta reunión para daros una serie de noticias que me temo no van a ser de vuestro agrado.
En primer lugar, me veo obligado a describiros nuestra situación actual.
Hace más de cinco años que convivimos en esta morada formada  por roca calcárea que nos protege de una guerra que nunca vimos empezar y me temo nunca veremos terminar. En un principio todos teníamos esperanzas en la resistencia, pues sentíamos orgullos y plenitud en nuestras acciones mientras éramos dirigidos por un bando muy bien organizado; participábamos en la recogida de armas y explosivos, escribíamos propaganda para concienciar a la población civil, incluso nos atrevíamos a hacer guardias por la noche.
Nos convertimos en un núcleo esencial para el desarrollo de la resistencia a pesar de nuestra distancia geográfica respecto a la capital del país y nuestro limitado número de combatientes.
Hasta que hace un mes ocurrió aquello…

(Todos bajan la cabeza)

La hegemonía de la defensa enemiga se confirmo con el lanzamiento de aquel misil aéreo sobre el helicóptero que cada quince días nos proporcionaba recursos de subsistencia.

(REFUGIADA abraza a NIÑO)

Por lo que ahora mismo nos encontramos totalmente incomunicados respecto al resto de combatientes de la resistencia, con escasez de alimento y además nos vemos obligados a aplicar medidas de seguridad extrema para evitar ser descubiertos.

(Todos levantan la cabeza y se miran entre ellos)

Así pues, debemos aplicar estrictamente las siguientes medidas: elaboraremos una lista de triaje para la administración del alimento así como una comunicación a través de susurros, o en su defecto ,escrita, además de evitar todo ruido posible.
Combatientes, se adentra una época oscura para la resistencia, pero más dura para nuestra pequeña comunidad, tenemos que ser fuertes y fieles a nuestros principios.
¡Unamos nuestras manos!

(Todos unen sus manos en el centro de la mesa mientras susurran)

Prometo dar mi trabajo
Prometo dar mi esfuerzo
Prometo dar mi esperanza
Prometo dar mi lucha
Prometo dar mi sangre
…a  la resistencia.

(De repente, REFUGIADA cae de la silla ahogando un grito sordo. Un charco de líquido se desplaza por el suelo de la cueva)

MÉDICO:
¿Qué ocurre camarada? ¿Estás bien?
NIÑO:
¿Mamá qué te pasa?
REFUGIADA:
Creo que acabo de romper aguas.
MÉDICO:
¿Sientes contracciones?
REFUGIADA:
No, todavía no.
MÉDICO:
En las próximas horas va a nacer. Tengo que preparar el material, y tú debes permanecer en reposo.

(REFUGIADO, se desplaza lentamente hacia un extremo de la cueva dando vueltas sobre su propio eje, mientras coloca las manos sobre su cabeza).

REFUGIADO:
Tenemos que tomar medidas.
MÉDICO.
¿Qué medidas?
REFUGIADO:
¿Acaso no os dais cuenta de que la criatura , nada más nacer, tendrá que llorar?

(Todos se miran. REFUGIADA permanece con la mirada fija en un punto aislado del infinito)

ANCIANO:
¿Qué vamos a hacer, ahora?
REFUGIADO:
Sólo tenemos una opción: priorizar.
Decidir lo que es más bueno no sólo para la resistencia y el futuro del país, sino para la pequeña comunidad que hemos formado. El llanto del recién nacido será percibido por las milicias de la defensa y nos descubrirán, a pesar de lo inaccesible que es nuestra cueva y lo difícil que es llegar a ella, el sonido se transmite muy bien.
Ahora os ruego que me escuchéis atentamente y reflexionéis sobre lo que os digo, pues disponemos de un margen estrecho de tiempo.
¿Sacrificarías vuestras vidas y las de vuestros compañeros, además de vuestro futuro, por la de un ser humano que carece de identidad , de ideales, de  moral …y ni siquiera posee noción de conciencia?
¿Qué importa acabar con una vida si con ello salvamos a un número mayor de vidas y a una ideología?

(REFUGIADA continua con la mirada fija , inexpresiva se deja caer al suelo, y empiezan a derramarse lágrimas a lo largo de su rostro, en profundo silencio).

MÉDICO.
No es tan fácil tomar esta decisión, pues la existencia del bebé no deja de ser vida, y la vida es igualmente valiosa para todos los seres humanos independientemente de su evolución moral e inocencia.
ANCIANO.
Ya no recuerdo si quiera la fecha exacta del comienzo de este conflicto humano , o ¿por qué no llamarlo así? Inhumano. Digo inhumano porque lo crearon personas, y las personas en cuanto entramos en contacto con la sociedad nos corrompemos ,  nos infectamos con nuestras promesas y nuestros anhelos para cambiarle de disfraz a una sociedad inmodificable independientemente de sus bases éticas.
Por consecuente, ¿qué hay más puro que un ser incorrupto como es un recién nacido?
Sin embargo, si algo he aprendido a lo largo de mi larga existencia es que para evolucionar hay que sacrificarse y sacrificar. Y en este caso el sacrificio predomina sobre una vida futura.
MÉDICO:
Admiro su experiencia y su sabiduría, pero me temo que ninguno de los que estamos intercambiando palabras en este momento , debido a nuestras cuestiones biológicas sabemos lo que se siente al llevar vida en el propio vientre.
Es por ello que la única persona que está en poder de tomar la palabra es su propia madre.

(Todos callan)

REFUGIADO:
Es hora de escuchar tu opinión , compañera.

(REFUGIADA hace afán de levantarse, MÉDICO acude enseguida en su ayuda. REFUGIADA sigue mirando al infinito, con los ojos irritados).

REFUGIADA:
No me hayo en medio de una cueva cuya salida al exterior me es prohibida por mi propia seguridad. Mi único alimento son los recuerdos que me quedan en este pequeño cajón llamado memoria. ¿De qué color eran los amaneceres? ¿Cómo era sentir el aire puro de las montañas entrando en mis pulmones? ¿Y el olor de las flores en primavera? ¿Cómo era sentir una mirada sin temor, rencor ni agotamiento? ¿Cómo era hacer el amor sin miedo a la inexistencia de un mañana?
A lo largo de todo este tiempo me he ido dando cuenta de que no me hayo en medio de una cueva sin salida; me hayo en medio de un dilema moral.
Mi existencia, vuestra existencia, la existencia que elegimos no es más que un anhelo, una utopía vestida de realidad.
La soledad, el sacrificio, la búsqueda de la supervivencia nos ha hecho olvidar el significado de valores como “lo bueno” y “el bien”. La esperanza por una derrota inalcanzable nos ha hecho perder el arma más noble del ser humano: la empatía.
Ya no se nos puede considerar personas , sino seres subterráneos, vagabundos de un país destrozado. Aunque alcancemos algún día la victoria , nunca volveremos a ser los mismos que éramos.
Si mi hijo nace, no llevará una vida digna, pues no conocerá la felicidad ni  la seguridad ni la paz.
Es por ello que os pido:
¡MATÁDME! Acabar conmigo y de paso acabareis con la vida del bebé.

Ya no lo hagáis por vuestro bien o por el futuro de la resistencia, hacedlo simplemente por mí, por dar fin a una vida rota.

(NIÑO llora en voz baja y se da cabezazos contra la pared)

MÉDICO.
No nos hagas hacer esto.
REFUGIADO.
Tu eres y has sido una pieza clave para  la resistencia, sin ti, esto no va a funcionar, si alguna vez salimos adelante fue gracias a tu inteligencia, astucia y  tácticas de guerra.
¿Vas a renunciar a todas esas capacidades ahora?
Pienso que tu opinión está sesgada por la gravedad de tu estado.
REFUGIADA:
Queríais mi opinión y os la he dado.
La decisión está en vuestras manos.


TELÓN

ACTO SEGUNDO

(Otro apartado de la cueva. REFUGIADO desplaza un mueble para abrir una compuerta insertada en la pared rocosa. Saca de ella un pañuelo enrollado, de él saca un arma, una especie de pistola de tamaño mediano. De otro pañuelo extrae una caja metálica e intenta vaciarla sacando de ella una bala. El NIÑO observa atentamente escondido debajo de una cama.)

REFUGIADO:
Sólo queda una. La última.

(REFUGIADO introduce la bala en el cartucho del arma y vuelve a enrollarla en el pañuelo. A continuación lo guarda dentro de la compuerta y coloca el mueble en su lugar. Entra el MÉDICO).

MÉDICO:
Me buscabas.
REFUGIADO:
Estas en lo cierto. No vamos a acabar con ella , pero si con el bebé.
MÉDICO:
¿Qué propones?
REFUGIADO:
Sedarla. Ponle una inyección de anestesia general en vez de epidural.
MÉDICO :
No puedo hacer eso, mataré al niño pero a cambio la madre tendrá muchos riesgos hemodinámicos, además de la incapacidad de contraer el útero.  Es un peligro para ambos.

(REFUGIADO pega un golpe en el colchón de la cama mientras cierra sus ojos con fuerza. NIÑO se acurruca en silencio. MÉDICO da un paso atrás).

REFUGIADO:
¿Sabes  qué es lo más insoportable?
MÉDICO:
¿Qué?
REFUGIADO:
Que a veces solo pienso en salir de este refugio y rendirme.

(MÉDICO examina delicadamente su mirada)

MÉDICO.
Hay momentos en los que no se puede distinguir valentía de cobardía.

(Entra ANCIANO corriendo)

ANCIANO:
¡Está teniendo contracciones! ¡Va a nacer! ¡Piensen algo!

(ANCIANO se marcha desesperado, REFUGIADO y MÉDICO se miran)

REFUGIADO:
Hazlo como quieras pero mata a la criatura. No lo hagas por mí, ni por el partido, ni por ti…hazlo por ella.

(MÉDICO se dirige hacia la otra sala , REFUGIADO corre en su búsqueda)

REFUGIADO:
Una última cosa.
MÉDICO:
¿Qué ocurre?

(REFUGIADO intenta articular palabras mientras le tiemblan las manos y busca al MÉDICO con la mirada. Las lágrimas recorren su rostro)

REFUGIADO:
Dime…por favor …dime…¿Quién de los dos es el padre?
MÉDICO:
Me temo , compañero, que esa respuesta carece de importancia ahora mismo.

(MÉDICO sale de la sala. Entra ANCIANO).

ANCIANO:
Sólo queda un bote de conserva.
REFUGIADO:
¿Cómo puede ser? ¡Si los he contado esta mañana!
ANCIANO:
Están vacíos. Las últimas reservas que enviaron antes del mísil vinieron vacías.
REFUGIADO:
Dejaré de comer dos días más. Usted ya lleva tres días sin probar bocado.
ANCIANO:
Ni pensarlo, soy yo el que tiene que dejar de comer por completo. Los adultos podéis comer menos, dejar el resto para el niño. Además hace ya años que dejé de estar hambriento.
REFUGIADO:
¿Usted se ha dado ya cuenta, verdad?
ANCIANO:
¿De qué?
REFUGIADO:
De que estamos experimentando una muerte silenciosa.

(Sale ANCIANO con pasos lentos y débiles. REFUGIADO vuelve a desplazar el mueble , abre la compuerta , saca el pañuelo enrollado, deja al descubierto la pistola , quita el seguro del gatillo y la guarda en uno de los cajones del mueble. NIÑO sigue observando debajo de la cama.)
(REFUGIADO sale de la habitación).

TELÓN

ACTO TERCERO

(Doce horas más tarde)

(NIÑO corre asustado hacia la habitación donde se encuentra REFUGIADO)

NIÑO:
¡Está en el suelo! ¡No respira!

(REFUGIADO se dirige corriendo hacia la habitación de ANCIANO. Éste permanece tendido en el suelo, con las extremidades y las mucosas pálidas)

REFUGIADO:
¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Compañero!

(REFUGIADO le coge el puño, lo flexiona suavemente y lo besa)

REFUGIADO:
Te marchas con una vida de lucha a tus espaldas. Gracias por todo lo que dejaste en cada uno de nosotros.

(REFUGIADO se dirige hacia la habitación donde se encuentran MÉDICO y REFUGIADA. Ésta, se encuentra en una cama, cubierta con una sábana y la mirada otra vez fija e inexpresiva. A su lado una silla  a escasos centímetros de los pies del MÉDICO que permanecen levitando. El cuello del MÉDICO cuelga de una cuerda.)

(REFUGIADO pierde la consciencia, cae al suelo, al cabo de unos segundos se incorpora y se dirige hacia REFUGIADA con un llanto silencioso).

REFUGIADA.
No ha podido soportar la idea de tener que tomar una decisión.
El bebé no ha nacido todavía. Tenemos tiempo.

(REFUGIADA habla cada vez con voz más entrecortada)

Por favor escucha mis palabras.

(REFUGIADO la mira con una mezcla de rabia , atención y cariño)

Con tu mano derecha tapa mi nariz, y con tu mano izquierda mi boca. Hazlo con todas tus fuerzas.

                              (REFUGIADO le besa en la frente y se dispone a seguir sus órdenes).

TELÓN

Acto cuarto.

(Veinte minutos después. REFUGIADO continúa asfixiando a REFUGIADA. No se atreve a levantar la mirada. )

(Entra NIÑO. Saca el arma que permanecía guardada en el cajón. REFUGIADO le mira con cara de asombro. NIÑO enfoca la pistola hacia el techo de la cueva).

NIÑO:
Es la última.

(NIÑO aprieta el gatillo y un sonido de disparo hace temblar la habitación. Treinta segundos después un sonido más intenso se oye en toda la cueva.

 Más tarde una nube de gas borra los rostros de nuestros personajes).

TELÓN

FIN



A todas las mujeres que son madres durante los conflictos bélicos.
Inspirado en:
-Dilema mora del “llanto del bebé”, de la “Revista española de filosofía”
- La película “Vergüenza” de Ingmar Bergman.
-La obra de teatro “Los justos “ de Albert Camus.
y…
el actual conflicto de Palestino-israelí en la frontera de Gaza.

Imágenes: fragmento y cuadro de Gustav Klim "Las tres edades de la mujer"




domingo, 20 de julio de 2014

Instrucciones para medir el tiempo...con latas de atún


Hace unas semanas descubrí a un autor que me sorprendió de una forma muy particular. Se trata de Julio Cortázar, autor argentino  que con su obra "Historias de cronopios y famas" nos  da una lección a propósito de los límites de la imaginación.

Pues bien, después de adentrarme en su capacidad de extraer una historia, una frase o media página de cualquier situación cotidiana he llegado a la conclusión es que he estado desperdiciando el 90% del tiempo en mi vida, pues los límites nos los ponemos nosotros mismos.

Nuestra capacidad creativa es ilimitada.

Los relatos que más me han sorprendido de la obra son los que forman parte de "Instrucciones para hacer cosas" como "Instrucciones para llorar" , "Instrucciones para subir una escalera", "Instrucciones para dar cuerda al reloj", e incluso "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj".

"Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro.  Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto.
Duración media del llanto, tres minutos"

( Fragmento de "Instrucciones para llorar" )

Es un libro muy recomendable para adentrarse en el desconocido y misterioso mundo de los microrrelatos, del que los autores latinoamericanos tienen mucho que aportarnos.

Pero además de Cortázar hay otro ejemplo  más cercano  a los que procedemos de mis tierras de naranjas, arrozales y veranos de mediterráneo sol . Se trata de Joan Fuster, que con su ensayo  "Diccionari per a ociosos" nos regala una serie de definiciones atípicas para algunas palabras escogidas de cada letra del abecedario.
Sin duda, otra lección de creatividad.

Dado que mi favorita es la definición de la palabra TIEMPO: 

"Què és el temps? Allò que creix mentres dorms. Això és el temps?"

("¿Qué  es el tiempo? Aquello que crece mientras duermes. Eso es el tiempo")

Dada la relatividad del tiempo y la relatividad de la inspiración, he decidido crear una nueva sección , siguiendo las directrices de estos dos autores: INSTRUCCIONES PARA MEDIR EL TIEMPO.

Y créerme , os vais a sorprender de la cantidad de formas que hay para medirlo. Sólo tenéis que animaros a confiar en vosotros mismos y a incentivar vuestra creatividad.

Como dijo Cortázar en una entrevista:

Charles Chaplin
"Hay dos tipos de lectores: el activo y el pasivo.
La literatura no se debe entender como una calle con un sentido único.
El Romanticismo tendió a considerar al creador  como un pequeño Dios venerable y al lector como a los fieles  que debían recibir el mensaje de Dios (...)
 Actualmente pienso que entre el autor y sus lectores hay o puede haber una dialéctica dinámica muy fecunda.(...)
Pero no se trata de escribir na literatura didáctica, se trata de que el lector sea parte del libro, tenga parte responsabilidad dentro del libro. (...)
Es lo que yo denomino: lector cómplice."




Instrucciones para medir el tiempo con una lata de atún.

Materiales: una lata de atún, metro, plato, pan, camisa blanca recién planchada.

Requisitos: conocimientos básicos de geometría, tiempo libre.

Dificultad: media.

Elija un día de aburrimiento sin ocupaciones de ningún tipo, preferiblemente un domingo después de la misa, la visita a casa de los padres, o el vermú del mediodía.

Abra su despensa y extraiga de ella un la lata de atún en aceite de oliva. Hágase con un metro y tomé las medidas pertinentes

Si su lata cumple con los criterios internacionales de latas estándar de atún las medidas obtenidas deben ser las siguientes:

Diámetro: 6,5 cm
Altura: 3,5 cm
A continuación dispóngase a calcular su volumen.

Le recordamos que geométricamente una lata de atún cumple con las características de un cilindro y  que la fórmula para calcular el volumen de éste es la siguiente.

V= p · r2 · h

Donde V es el volumen. p el número pi ,una constante que  relaciona la circunferencia con su diámetro y cuyo valor nunca termina porque es un número irracional. Finalmente  h  es la altura.
Así pues tenemos,
V= p · (6,5/2)2· 3,5
V= 3,14 · 10, 56 · 3, 5
V= 116,05 cm3

Elaborando las equivalencias pertinentes en unidades del sistema internacional:

cm3= ml =gr
116,05

A continuación compruebe el valor numérico indicado en la lata:

Peso neto: 85 g / Peso neto escurrido: 52g / Contenido: 85ml

Vuelva a leer el valor del contenido.

Al ver que no coinciden, no se inquiete, respire hondo, hemos calculado el contenido teniendo en cuenta el recipiente.  Si desea calcular el verdadero volumen del producto dispóngase a abrir la lata, para ello hágase con un plato y dos rodajas de pan.

Vierta el contenido sobre esas dos rodajas. En ese momento usted se percatará de que todavía lleva puestas sus mejores galas dominicales.

Sienta la densidad del aceite esparciéndose entre el blanco de su camisa recién planchada.

Deseche la idea con la que tanto entusiasmo debuto al principio de este manual. Ya no importa cuanto ocupaba ese pedazo de carne que algún día tuvo un proyecto de vida debajo de las aguas marinas y que ha sido injustamente víctima de su experimento casero.

Ahora su máxima preocupación es evitar mancharse lo menos posible.
Dé camino a la redención masticando cada centímetro cúbico imposible de medir.

Digiera esa rabia.

Para llevar este sentimiento a su máximo apogeo dispóngase a descifrar los números impresos en la parte superior de la lata que acaba de abrir.

Consumir preferentemente antes de:

31.12.1999

Sienta esa impotencia que nos queda al descubrir que hace muchos domingos que no abrimos la despensa.

FIN


A las latas de atún que tanto me están ayudando a sobrevivir.
…y a T, por comprender mi obsesión por el atún.


Os dejo con un sorprendente video de la BBC sobre la pesca de atún en las aguas del sur de España.
Aquí se ve reflejada la lucha de dos seres carnívoros por una misma presa.
La ley del más fuerte. Pensar en ella la próxima vez que vayáis a comeros una lata de atún.

  



martes, 10 de junio de 2014

Mecanismos de adaptación

“La locura, a veces, no es otra cosa que
 la razón presentada bajo diferente forma”
(Goethe)
“En la venganza el más débil es siempre el más feroz”
(Balzac)
“Y pues, nosotros matamos para construir un mundo donde nunca más nadie matará.
Nosotros aceptamos ser criminales para que la tierra se cubra finalmente de inocentes”
(…)
“¡Morir con ella! Los que aman hoy en día deben morir juntos si ellos quieren estar reunidos.
La injusticia, separa .  La vergüenza, el dolor, el daño que hemos hecho a los demás y el crimen separan.
Vivir es una tortura puesto que vivir separa”
(“Los justos”, Albert Camus)

"Summer interior" de Edward Hopper
Lo que más le impresionaba de aquel lugar no era la frialdad del color de sus paredes. Tampoco la rigidez de los muebles. Ni si quiera la falta de decoración. La verdad es que una lámina de algún pintor moderno o alguna fotografía enmarcada hubieran ambientado más esa estación de paso en la que algunas personas se ven condenadas a esperar ese tren que nunca llega.
Era precisamente esa espera constante, esa incertidumbre y falta de vitalidad  la que más le impresionaba.  Pero …¿por qué? Cuando cada uno de los pacientes abandonaba su limitado ecosistema a la hora de la comida o de la cena, él ponía en marcha ese morboso vicio oculto de entrar en las habitaciones cuando no hay nadie, diseccionar con la mirada cada uno de los rincones ocupados por objetos personales. “¿Por qué estará leyendo a este autor? “ “Vaya, estas chocolatinas también las tomaba yo cuando era niño”, “Mi madre también se lava con ese jabón,” “¿Qué es lo que estará escribiendo en ese cuaderno?”.
 Observar esos fragmentos de existencia agrupados en esos 8 metros cuadrados  y darse cuenta de que también podría ser la suya propia le impresionaba.
 Le impresionaba aún más que evaluar los efectos secundarios de la medicación o una sesión de terapia electroconvulsiva.
Él lo sabía, y el personal de enfermería también, pero no se lo tenían en cuenta. La verdad es que era una costumbre bastante fetichista,  pero a la vez también formaba parte de un ejercicio mental para divagar con la imaginación de un ser cuya mente se ha invertido por sí misma…o la ha invertido la vida.
Más que una costumbre era un desafío , un reto personal  al que todo psiquiatra aspira a conseguir:
empatizar con la locura.


En la consulta
-Pasa Marta. Pasa y coge asiento, estás en tu casa.
-Gracias. Perdóneme pero estoy un poco preocupada por su rápida llamada. ¿Qué le ocurre ahora mi madre?
-Verás , ayer hable con el juez y con vuestro abogado.- el doctor bajó la mirada hacia sus zapatos, solía hacer eso cuando no guardaba el suficiente valor como para dar una mala noticia. Finalmente volvió a levantar la mirada y la miró directamente a los ojos.-Siento decirte que después de 6 meses de libertad condicional hospitalizada en este servicio y yendo una vez por semana al juzgado…se…se….- no le conseguía articular bien las palabras- para nuestra mala sorpresa se  ha desestimado la petición para suspender la condena.
Marta se llevó las dos manos a la cabeza cubriéndose todo el rostro.
-          Tanto mis compañeros como yo hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos. Cómo bien sabes, después de aquel suceso tu madre desarrollo un trastorno adaptativo mixto ansioso-depresivo que con terapia y algo de tratamiento conseguimos estabilizar sin necesidad de hospitalización. Pero después del asesinato , tu madre tiene que estar aquí porque tenemos miedo a que ese trastorno adaptativo haya derivado a un síndrome bipolar o a una esquizofrenia, y que esa sea la causa de ese delito que ha cometido. Estás dos patologías son dos trastornos digamos “mayores “ legalmente, esto quiere decir, que la pena se podría ver reducida o inexistente. Pero desgraciadamente, y a pesar de que el abogado y nuestro equipo ha declarado “estado palmariamente desestabilizador para su estado psíquico y físico a causa de su grave enfermedad mental”, no ha sido suficiente para el juez.
 Aún no nos entra en la cabeza como ha podido ocurrir esto, de verdad, pensamos que son intereses personales del magistrado con el abogado de la defensa. Todos sabemos desgraciadamente cómo funciona la justicia en este país.
El doctor seguía mirándola, ella continuaba con las manos adheridas a su rostro, como si hubiera nacido así. Como si nunca hubiera visto la luz del sol por permanecer con en la oscuridad de su propia piel, protegida del mundo exterior. Se podía advertir su agonía subyacente creciendo por dentro, como si fuera a estallar.
-Marta, me temo que tu madre tendrá que ir a prisión.
Pensamos que es mejor que se lo comuniques primero tú. Puede que sea demasiado incómodo para ella que lo hagamos nosotros. 
Por mucho que este sea mi trabajo, y que lleve en esto más de quince años , en determinados casos, no puedo llegar a transmitir la misma confianza que transmite una hija.

6 meses antes

Esa copa le había quedado más reluciente que la anterior. Tenía que darse prisa a las diez llegaría “el club de la sed” y tenía que tener todo preparado para ocupar toda la barra.
De momento, se abrió la puerta.
Se quedo, frío , parado, inmóvil.
No , no podía ser él. 3 años habían pasado. Y ahora estaba allí entrando al bar como si nada hubiera ocurrido.
Se le cayó la copa al suelo y se le rompió en pedazos.

-Hombre,  Manolo. ¡Pero cuanto tiempo! ¿Qué te trae por aquí?
-¡Madre mía Paco! ¡No sabes cuánto echaba de menos tu bar! 
-¿Qué te trae por aquí? – exclamó con disimulable sorpresa.
- Pues al fin , después de tres años, la jodida condicional.
 Ya era hora, ostia. Ya estaba bien, ya. El talego me está dejando gilipollas.
Ponme un ron con hielo anda, que allí lo único que me dan es vino de garrafa.
-Enseguida. Vaya, no me queda ron en la barra. Voy al almacén, ahora vuelvo.

En cuanto el camarero se fue, las cortinas de la puerta se movieron.
Él dirigió la mirada hacia la puerta.
Se quedó petrificado.

-¿Qué haces aquí?- preguntó soprendido.

Ella se dirigió hacia él. Tenía la mirada fija en ninguna parte. Sostenía una botella de dos litros de agua mineral en la mano.

De forma automática la esparció por encima del cuerpo de aquel hombre, de pies a cabeza.

-¿¿PERO… QUÉ…?? ¿QUÉ COÑO ESTÁS HACIENDO??

Ella seguía con esa inexpresividad. Si la mirabas fijamente podías incluso dudar de si de verdad se mantenía con vida.

Metió las manos en una bolsa de plástico que llevaba colgada en el brazo derecho y de ella sacó un encendedor del gas.

Presionó el botón

Seguía con esa mirada fija, inmóvil.

En menos de 5 segundos el hombre estaba cubierto de llamas.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡HIJA DE PUTA!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡HIJA DE LA GRAN PUTA!!!!!!!!¡¡¡¡¡¡¡SOCORRO!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!!!!!!!!


Vuelta al presente

-“Toc, toc”- llamaron a la puerta.
Marta entró a la habitación.

 Ay mísero de mí, y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así,
qué delito cometí 
contra vosotros naciendo. 
Aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido;
bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor, 
pues el delito mayor 
del hombre es haber nacido.”

-          Vaya, parece que tienes a Calderón de la Barca en tu habitación.
-          Sí, la verdad es que así no me hace falta leer.  Te presento a Amanda, la acaban de cambiar de habitación. A partir de ahora estará conmigo. Fue profesora de literatura y sólo se comunica con fragmentos de obras. Es increíble, se las sabe de memoria, lo más curioso es que solamente habla con ellas, las utiliza como un idioma, un lenguaje . Le puedes preguntar cualquier cosa que te contestará de esa forma tan poética. Ya te puedes imaginar cómo serán las consultas con el doctor.
Hoy es el día de “La vida es sueño”.

-¿Y desde cuando se comunica así?
- Pues …yo no lo sé seguro, pero al parecer las enfermeras me han contado que su hijo tenía problemas con las drogas, y acabó tirándose al vació desde la terraza de su finca mientras ellas tendía la ropa.
A partir de ese momento, ella desencadenó una crisis post- traumática increíble y sus propios mecanismos de defensa internos desarrollaron estas “Alucinaciones literarias” que la han llevado hasta aquí.

A veces, me quedo mirándola, en silencio, y me pregunto  hasta donde quiere conducirnos nuestra mente, pues a parecer estamos condenados a ser esclavos de ella durante nuestra propia existencia.
La vida es injusta.
Marta tenía ganas de utilizar la técnica que utilizaba siempre cuando quería escapar y no podía hacerlo físicamente.  La  de cubrirse el rostro con las manos y esconderse de la realidad.
Tomó otra decisión.
Se acercó a ella y sin pensarlo dos veces la abrazó. Lo hizo como nunca antes nunca lo había hecho, perdiéndose en sus brazos, sintiendo su ternura.
Nunca antes había sentido esa calma, esa paz.
Ese era su mecanismo, sentirse segura.
-Mamá
-¿Qué ocurre hija?
- Te quiero.

En la consulta
-¿Cómo se lo ha tomado?
-La verdad, me ha sorprendido. Mejor de lo que me esperaba. Es mucho más fuerte que yo. Dice que por fin está en paz consigo misma. Doctor…¿Cómo es que después de aquello, sus emociones la hicieran prisionera de sí misma y yo en cambio consiguiera salir adelante?
-Verás Marta, desgraciadamente la vida implica inevitables circunstancias que la mayoría de los seres humanos aprenden a manejar adaptando sus respuestas biológicas, psicológicas y sociales. En el caso de un acontecimiento tan estresante y agresivo como el que tu viviste el cual tuvo un impacto tan grande para ti  y tu familia, obliga a fabricar unos esfuerzos de ajuste adaptativo.
Cada uno de nosotros desarrollamos respuestas personales ante este tipo de situaciones. En tu caso, la respuesta fue excelente y muy favorable: conseguiste salir adelante tanto en el ámbito profesional como personal a pesar de tu juventud, estudiaste una carrera, ahora trabajas como ingeniera, tienes una pareja, has formado una familia , tienes hijos…etc.
La verdad es que tu caso es de estudio. Yo no conozco a nadie que hubiera salido de esa situación tan agónica como lo hiciste tú.
Eres una superviviente.
En cambio tu madre desencadenó una reacción emocional y comportamental alterada y duradera como respuesta, que le condujo a acabar con la vida de ese hombre.
No quiero que te sientas culpable por ello, Marta, no depende de nosotros saber la forma en la que vamos a actuar frente a un acontecimiento vital traumático.

Hubo un silencio de más de cinco minutos.

-          Y …¿Cómo ha estado ella aquí durante estos 6 meses?
-          No tenemos queja ninguna, su comportamiento ha sido excelente. Participa en todas las actividades que hacemos, ahora mismo se ha ido con algunos de los pacientes y con los enfermeros a dar una vuelta por el jardín. Además…parece que se vuelve a concentrar.
-          ¿Por qué lo dice?
-          Hace 3 semanas cuando volvió del permiso del fin de semana de vuestra casa se trajo un libro que no deja de leer.
-          ¿Qué libro es?
-          “Electrónica analógica”.
-          ¡Pero si es una asignatura de las que estudié en segundo de carrera! ¿Qué le habrá dado ahora por eso?

El psiquiatra y Marta se miraron uno al otro fijamente.
-¡Oh Dios mío!- exclamó Marta ahogando un grito.
-No, Marta, no creo que lo intente de esa forma. Saltaría el diferencial de la luz, ya hay pacientes que lo han intentado varias veces metiendo los dedos dentro del enchufe con las manos mojadas y no ha ocurrido nada.

Marta se quedó blanca , pálida,  petrificada en el asiento como un iceberg en el norte del océano Atlántico.

De repente se levantó bruscamente.

-¿Los pacientes han salido fuera, no?

-          ¡Venga conmigo! ¡No tenemos mucho tiempo! ¡Tenemos que actuar deprisa!

Empezaron a correr por el pasillo como si el fin del mundo fuera a llegar en menos de cinco minutos y en sus manos se albergara  su salvación.

-¿Dónde está la sala de máquinas, quiero decir, el cuarto de la electricidad?- exclamó  Marta.
-En el sótano. Bajemos por la escalera de seguridad, ¡es más rápido! ¿Por qué lo preguntas?
-La única forma de electrocutarse es desactivando el diferencial de la luz. Para ello hay que empalmar los cables pertenecientes al área donde se vaya a producir el cortocircuito,  con unas tijeras es suficiente. Después puedes acabar con tu vida tan sólo encendiendo el interruptor de la luz con las manos mojadas.
-Joder, no lo puedo creer, no doy crédito, ¿Cómo no se me ha ocurrido? De todas formas  se necesita llave para entrar allí.
-¿Y usted cree que  con la inteligencia que tiene mi madre, no habrá planeado hacerse con ella?

A continuación se oyó un grito en el que venía del fondo del pasillo.

-          ¡¡¡¡SE NOS HA ESCAPADO!!!! ¡¡¡¡ MIENTRAS ESTÁBAMOS JUGANDO EN EL JARDÍN SE HA ESCAPADO!!!!- exclamó un enfermero.

Los tres corrieron sin cesar. Es en esos momentos, cuando uno siente que el tiempo es relativo, que no importa a qué velocidad vayan tus piernas o tu corazón, porque son tus pensamientos las piedras que entorpecen el camino.

Cruzaron, otra esquina , otra más, girar a la derecha, a la izquierda, ese laberinto no tenía fin.

Al fin llegaron a la puerta del cuarto de máquinas.
Intentaron abrir, pero la puerta estaba cerrada con llave
Se oyó un ruido. Cómo un chispazo.

Luego el sótano se inundó de un olor carbonizado.  



“Yo sueño que estoy aquí,
Destas prisiones cargado,
Y soñé que en otro estado más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
 una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
 y los sueños, sueños son.”

Amanda no paraba de repetir el monólogo de Segismundo desde la muerte de la madre de Marta. Había conseguido que todo el hospital se lo supiera de memoria.

El psiquiatra había salido a fumar con una de las enfermeras.

-Bueno, ¿y tú cómo estás?
- La verdad es que aún no me lo explico.
-Ya sabes que si algo caracteriza a estos pacientes es que son completamente imprevisibles. Nunca sabes que es lo que va ocurrir en los próximos  minutos.
- Si, eso está claro tienes toda la razón. Pero es que ella no presentaba intenciones ni ideas suicidarías. Además su comportamiento era excelente.

Permanecieron en silencio entre calada y calada, mientras tragaban el humo como si éste fuera a incinerar toda la angustia que sus cuerpo eran incapaces  de evacuar.

-¿Puedo hacerte una pregunta? – dijo la enfermera.
-Dime
-¿Cómo hubieras actuado tú en su situación?
-¿En cuál?
-Si un degenerado  hijo de puta hubiera violado a tu hija cuando está tuviera 13 años.

El doctor se cubrió la cara con sus grandes manos. Ahogo un gemido. Se las retiró.
Y dijo:

-          De la misma manera.

FIN
A todos los que luchan, aunque la mente les haya hecho esclavos de sí mismos.
Y a mi amiga Clara, mi ingeniera favorita, por ayudarme en la parte técnica de esta historia y por supuesto… por ser como es.

Nota: después de leer la historia, os invito a escuchar la música que me ha inspirado a escribir. Cerrar los ojos, y dejaros llevar por esos puntiagudos acordes de violín.

Aquí os dejo el enlace: