martes, 16 de agosto de 2011

Con dificultades. Gracias.

Esta tarde mi padre y yo hemos rememorado un ritual que mantemos desde tiempos en los que mi dentadura tenía una naturaleza más o menos láctea; adentrarnos en la intrepidante aventura de la compra semanal en el supermercado del barrio.
Mientras intentabamos sacar nuestra única arma de defensa personal para citada ocasión (el metálico "carrito"), en la esquina más cercana a la puerta de entrada al variopinto edificio se encontraba un hombre de unos 50 años de edad, camisa de color azul camisa y pantalones vaqueros. Llegado a este punto podría estar describiendo a cualquier vecino de esos a los que regalas un saludo dominical al comprar la prensa, o cuando te abren la puerta al verte desesperada buscando las llaves en tu laberíntico bolso. Pero no se trataba de ese tipo de vecinos.
Mi opinión sobre él cambió al analizar su mirada, pincelada por unas tímidas pero prominentes ojeras acompañadas de una agónica pero tranquila y firmemente disfrazada expresión que relataba pensamientos : " ¿cómo debo de reaccionar ante un conocido? ¿y ante un familiar? y la peor de todas ¿qué es lo último que me queda por hacer después de esto? ¿robar?
Mi opinión sobre él cambió aún más al leer la cartulina de color blanco cartulina cuyas grafías en rotulador permanente color azul permanente rezaban con una precisión exquisita y en mayúsculas "Con dificultades" y con un "Gracias" subrayado.
Lo curioso de la escena era la falta de dramatismo, porque aquel hombre no era un mendigo, no olía mal ni pretendía aparentar pena con frases del estilo "tengo 8 hijos hambrientos, una mujer embarazada y no encuentro trabajo" o " tengo problemas con las drogas" o "tengo familiares enfermos". Al señor de las esquina del super no le hacía falta ninguna de esas frases porque la que él había elejido las engloba todas.

Aquel hombre representaba de la forma más elegante posible una realidad, sin atender a razones específicas. El mensaje era claro y conciso "ya no me importa vivir, ahora mismo lo que me preocupa es sobrevivir".

A pesar del ultraracionalismo paterno, éste posee una sensibilidad especial para la gente necesitada, ya que parte de una teoría (totalmente irracional) "sólo necesitas mirárles a los ojos para saber si es o no es teatrillo". Su currículum es tan amplio en ese aspecto que en una ocasión hasta subió al coche a un inmigrante polaco que hacía autosptop (con nosotros dentro y con mi madre muda a causa de su hiperventilación) para llevarlo al pueblo donde trabajaba.

Le has dado dinero ¿verdad?

Le he mirado a los ojos.

PSD: Precisamente hoy ha finalizado la ayuda de los 400 euros mensuales que recibían 190.ooo parados en España (plan Prepara). Recordemos que el número de desempleados roza los 5 millones .

Reflexiones: ¿y qué pasa cuando se te acaba el paro? ¿y si a todos los trabajadores activos de una familia les ocurre? ¿es esto un ciclo social?

Más info en: http://www.tasadeparo.com/

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