jueves, 14 de abril de 2011

No me cortes las alas



La comunicación es una cualidad que nos identifica respecto a otras especies. No sólo por el nexo de unión que podamos llegar a establecer entre nosotros gracias a ella, sino porque ésta funciona como autovía donde circulan nuestros deseos, sentimientos, emociones...Una herramienta utilizada de manera tan incosciente pero desgraciadamente únicamente se hace notar por su ausencia.
Los ejemplos de cohartación del canal comunicativo son inumerables: secuestros, discapacidades...Pero debido a mi estancia al atardecer de la semana en los rincones más abruptos del sofá, esperando caer en la letargia me veo obligada a aceptar mi error; afortunadamente, me equivoqué con la elección del filme y las que cayeron fueron mis lágrimas.

Se trata de una historia real, en 1995 uno de los hombres más influyentes en el periodismo de moda, ya que era redactor jefe de la revista "Elle", Jean-Dominique Bauby, sufrió un accidente cerebrovascular que afectó al tronco de su encéfalo (pero no a sus hemisferios cerebrales) durante un ordinario día de su vida.Se trata del llamado "síndrome del cautiverio" .Este acontecimiento lo dejó en un estado de pseudo-coma, hasta que despertó en un hospital de París , donde paulatinamente se fue percatando de su incapacidad para mover cualquier parte de sus cuerpo (excepto su ojo)y articular palabra alguna. La angustia llegó al clímax cuando se díó cuenta de que era capaz de pensar, sentir, soñar, escuchar , entender... En fin, el canal comunicativo estaba fragmentado en la mitad de su trayecto.
La situación de Bauby era lo más parecido a la de un rehén , un encarcelado , un buzo en su escafandra. A pesar de ello, consiguió afianzar los recursos más poderosos de los que dispone una persona limitada de libertad: la imaginación y la memoria propias. De esta manera, establece un código comunicativo a base de parpadeos en su ojo izquierdo (1 significaba SI, y 2 NO)y junto con el personal especializado del hospital elabora un lenguaje, que todos sus allegados llegan a comprender.
De esta forma, experimenta una sorprendente metamorfosis interior al igual que las orugas al transformarse en mariposas. Pasa de ser una sombra inexpresiva cuya única función es la de contemplar la belleza de la vida desde su barbarie, a llegar a cumplir el que era el sueño de su vida antes del accidente , escribir un libro. Así nació "La escafandra y la mariposa", pues es está mariposa el motor de su imaginación, la que le permite a su mente escapar de su cuerpo a los lugares y recuerdos más remotos e inalcanzables, minetras coquetea con la latente memoria (pues la amnesia no forma parte de este síndrome).

Sin duda una lección más de supervivencia, y otra razón para analizar detenidamente nuestra cotidianeidad y monotonía vital. Técnicamente, los planos consiguen empatizarte con Bauby,incluso llegas a proyectarte interiormente con su angustia, una situación parecidad a la "Metamorfosis" kafkiana, a la vez que son alternados con otros más externos.Mathieu Almaric (el actor principal) define en cada escena un pensamiento, sin necesidad de palabras. La banda sonora está delicadamente escojida en cada escena.El contenido filosófico de la obra es crucial, puesto que gracias a la experiencia, Bauby reconstruye suavemente el que era el puzzle de su vida,pieza por pieza; establece vínculos más intensos con sus seres queridos, que seguramente no hubiera tenido el valor de establecer si no hubiera desencadenado la enfermedad.
Y la pincelada especial...el autor consigue incluso dar tonalidades de humor y de ironia en diferentes situaciones que consiguen burlar una situación tan desesperante.

Hay viene la pregunta: ¿somo entonces los seres humanos dueños de nuestra mente? o ¿es ella lo suficientemente caprichosa como para dominarnos?



No ha habido forma de encontrar esta canción en Spotify.

Más en : http://www.elcisne.org/ampliada.php?id=710
http://neuropsicologica.blogspot.com/2010/03/el-sindrome-del-cautiverio-o-la.html

1 comentario:

Star Team dijo...

Tiene buena pinta Clara, también me recuerda mucho a "Johnny cogió su fusil", igual lo has leído o oido algo.
Creo que por ahora no veré la película, parece demasiado triste para mi gusto.
Veo que te estás dando caña otra vez con el blog, de vez en cuando vendré a ver que escribes. Un saludo, Carlos